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miércoles, 6 de marzo de 2013

"Te trataré como a una reina", de Rosa Montero: cuando la vida se convierte en un bolero




















Ficha técnica:


Título: Te trataré como a una reina 
Autor: Rosa Montero 
Editorial: Seix Barral   Género: novela         Páginas: 256 
Publicación:  28/12/1984    ISBN: 9788432212376

Sinopsis (editorial):


   El anverso y reverso de un bolero, esta novela juega con una contraposición: sobre el espacio urbano degradado de un local nocturno madrileño, se proyecta la postal pintarrajeada de un improbable y suntuoso "Tropicana" cubano en días áureos, metáfora y mito que postulan e inventan unas existencias desahuciadas.
   Desde la condición humana, vulnerada e inerme, esta farsa negra (o tragedia rosa, depende de cómo se mire) nos habla con ácida verdad de un mundo que se resquebraja y descubre, bajo los falsos colores de la pintura, la soledad de todos.
   Leer Te trataré como a una reina es como sumergirse en un bolero. Un bolero triste, de esos que se cantan con la voz rota, el gesto cansado, en un garito lleno de humo y olor a alcohol, y que cuente una historia de amores imposibles y de vidas que no dan más de sí. Así es el argumento de la novela: una conjunción de personajes raídos, descoloridos y ajados como el propio local que los reúne a todos, el Desiré, un club nocturno del barrio Chino. En él canta Bella (cuyo verdadero nombre es Isabel) una mujer castigada por la vida que sigue confiando en encontrar al hombre que la saque de la podredumbre en la que vive, aunque su exceso de confianza haga que se le vuelva a romper el corazón. En el local trabaja también Poco, un viejo apergaminado que oculta obstinadamente su pasado, que debió brillar en algún momento (cuando componía para el cubano Tropicana) pero al que la vida ha vencido. Y una de sus mesas está a veces ocupada por Antonio, un noviete que Isabel tuvo de joven, en el pueblo, y que ahora vive solo, lleno de manías, meticuloso y ordenado hasta la locura y consagrado a hacer brillar su don, el don que le hace diferente, superior a los demás: su sentido del olfato.
    Durante su infancia, Antonio no tuvo buena salud. Por esos, sus padres bautizaron a su hermana como el mismo nombre, para que no se perdiera el antropónimo del padre ante la previsión de una muerte prematura del primogénito. Antonia es virgen a sus 44. Su cerrada educación religiosa le hace creer que prácticamente todo es pecado, aunque busca los resquicios con los que aliviar su soledad. Antonia conocerá, por fin, el amor gracias a Damián, que bien podría ser su hijo.
    Todos ellos descubrirán el sabor de la esperanza en el momento en que el lector los encuentra, aunque el destino ya haya repartido sus cartas y no quede ninguna en el mazo. La jugada ya está acabada, pese a que la última mano les haya regalado la esperanza del as.
    Te trataré como a una reina no es una novela que se devore porque la acción te atrape en sus páginas. Es una novela de sensaciones y sentimientos, de degradación y dureza. De hecho, lo que más me ha gustado es la capacidad para hacer sentir al lector ese ambiente general de vileza, de destrucción, de paso inexorable del tiempo, de fugacidad del brillo, de mezquindad, de ruina. Una sensación que se transmite a través de las descripciones del desvencijado local y de los espectros que habitan en él pero también a través del narrador omnisciente, que se mimetiza con el entorno y con los personajes y que analiza los pensamientos y las situaciones como si estuviera en la mente de cada uno de ellos, hablando al lector como hablaría el propio personaje. Además, su tono distanciado, irónico, decepcionado, mordaz en ocasiones y hasta con pinceladas de humor negro contribuye a generar en el lector esa sensación de decadencia, de derribo sin remisión. Junto a este narrador, la novela recoge algunos apuntes periodísticos que ponen algo de objetividad en el relato pero que también sirven para dejar hablar al personaje en toda su plenitud.
    Rosa Montero es capaz de sembrar la semilla de la decrepitud en el lector a través de un estilo directo, triste y ameno que nos traslada al Desiré y nos hace convivir con Bella, Antonio, Poco y Antonia como si estuviéramos ocupando una de sus mesas y compartiendo un buen whisky con ellos.
  No seguimos leyendo.


13 comentarios:

  1. Me encanta la prosa de Rosa Montero y poco a poco leeré todas sus novelas. Ya he degustado dos y la experiencia no podría ser más positiva.

    Un besito y feliz miércoles.

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    1. Suscribo tus palabras. Yo tuve una época que leía todo a medida que iba saliendo pero, no me preguntés por qué, dejé de hacerlo, así que tengo que ponerme al día con ella.
      Besos

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  2. No le cierro las puertas a esta novela, hay cosas de las que leo en tu reseña que me gustan mucho.

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  3. Qué bonita reseña, yo tengo ganas de leer algo de Rosa Montero, aún está entre mis pendientes. Besos

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    1. Es que a veces se me contagian las reseñas de tono y el ambiente de las novelas jajajaja. Me alegro de que te haya gustado :D
      Besos!

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  4. No me va el wiskie, pero es probable que no me importe sentarme a tomar algo con estos personajes con una buena música de fondo

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    1. A mí tampoco, pero leer la novela es como haberte tomado uno doble. Yo creo que hasta pude notar el humo de los cigarrillos del local jajajaj.
      Besos!

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  5. Tengo pendiente leer a esta autora, no sé cuándo caerá, pero tengo uno esperando en la estantería =)

    Besotes

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  6. Hasta ahora todo lo que he leído de Rosa Montero me ha gustado mucho, así que este libro me lo llevo bien guardadito, que me parece que voy a seguir disfrutándo de la narrativa de esta autora.
    Besotes!!

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  7. Tengo pendiente esta autora...estaba en la radio el lunes creo , a ver cuando cae

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    1. Sí, ha sacado uno nuevo ahora. La verdad es que me apetece mucho leerlo. A ver si lo ofrecen por algún lado y me hago con él jajajaj.
      Besos

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