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lunes, 29 de octubre de 2012

"Nido vacío", de Alicia Giménez Bartlett: Petra Delicado da un giro a su vida


   La verdad, no sé cómo hacer esta reseña sin desvelar la gran sorpresa que nos regala la séptima entrega de la saga de Petra Delicado. Lo único que se me ocurre es que no sigas leyendo si quieres conservar la capacidad de sorprenderte con el giro que Alicia Giménez Bartlett da a su personaje: aunque tratara de disfrazarlo con eufemismos, cualquier cosa que dijera a partir de ahora te va a conducir a la conclusión correcta, así que, lo dicho, si quieres quedarte tan ojiplático como se queda la comisaría en pleno cuando conocen la noticia, no sigas leyendo. ¡ALERTA SPOILER!! (super spoiler, diría yo).
    La autora llevaba un par de entregas mostrándonos las grietas que iban apareciendo en el sólido muro que separaba a Petra del resto del mundo, el que la parapetaba y la protegía, el que velaba por conservar contra viento y marea, el que había erigido como su bien más preciado: su soledad. Primero, en Serpientes en el paraíso, con todas las reflexiones sobre las familias felices y las organizaciones sociales comunitarias y con esa niña que robó el corazón de la inspectora a las primeras de cambio. Segundo, en la entrega anterior, Un barco cargado de arroz, Petra no para de darle vueltas al tema de la soledad y de la locura. Y no con la misma ligereza o de la forma desapasionada o, todo lo contrario, con la pasión con la que se defiende el territorio conquistado con la que se ha hablado de la soledad en el resto de la saga (es un tema recurrente, aparece en todos los libros, de una manera u otra; no en vano, es, como he dicho, el valor supremo de Petra. Hasta ahora), sino con un cierto temor a las consecuencias de estar solo y hacerse mayor. Y en esta séptima y penúltima entrega, el muro salta por los aires hasta el punto de que Petra se vuelve a casar. No solo eso: su tercer marido también lleva a cuestas otros dos matrimonios fallidos y, por si eso fuera poco, tiene nada más y nada menos que cuatro hijos. La Petra que nunca ha sentido la llamada de la maternidad conocerá ahora las bondades y sinsabores de la vida familiar en todo su esplendor.
   Pero esta no será la única boda que celebre el departamento. Una vez cerrado el caso, serán tres los miembros del equipo que pasen por la vicaría: Sonia, Petra y el hasta ahora viudo Fermín Garzón. Con tal fiebre casamentera, no es de extrañar que la novela reflexione en muchísimas ocasiones sobre la institución matrimonial, las razones para casarse o para no hacerlo, las costumbres, la mitología relacionada con las bodas, las parafernalias, los sentimientos necesarios para dar ese paso... Reflexiones serias pero que también podrán la nota de humor a una novela, por lo demás, cargada de sinsabores.
   Y es que el caso que tendrán que resolver esta vez Delicado y Garzón no podía ser más atroz. Todo empieza (¿qué autor pone a su personaje estrella en un aprieto como este? Yo creo que solo uno con un grandísimo sentido del humor) cuando a Petra le roban el bolso (pistola incluida) en un centro comercial mientras está haciendo pis. Este será el detonante que le permitirá, por un lado, conocer a Marcos, el que será su tercer marido, y a su familia y, por otro, descubrir el lado más oscuro de la infancia: el de los niños abandonados, el de los niños inmigrantes que deambulan solos por las calles, las instituciones de acogida, el abuso de algunas familias, la marginación de la prostitución y el proxenetismo, la pornografía infantil, la delincuencia infantil y sus consecuencias jurídicas, el determinismo social y biológico, la desprotección y la impotencia que esa desprotección genera tanto en Petra como en los responsables de las organizaciones encargadas de velar por ellos.
     El caso afectará a la inspectora física y psicológicamente y no solo porque sea su pistola la que anda causando muertes esta vez. Todo lo relacionado con la cara más sórdida de la infancia causa un profundo dolor en Petra, hasta el punto de que en la novela se llega a plantear si se refugia en Marcos huyendo de la amargura del caso, si se casa con él porque su pecho acaba convirtiéndose en escondite seguro frente al desconsuelo y la desolación que le causa la investigación que está llevando a cabo. Y, en un principio, es así. Pero a lo largo del libro vamos viendo cómo Petra cambia, cómo va variando su punto de vista sobre muchas cosas, sobre todo, en lo que respecta a su idea del matrimonio.
   Junto a estos dos grandes temas, infancia marginal y el matrimonio, la novela reflexiona sobre otros asuntos como la infantilización de la sociedad, el modo en el que hablamos a los niños, la juventud actual, lo que llega a hacer la policía por un buen testimonio, las manías de Petra, la felicidad, la sobreprotección a las que a veces los padres someten a sus hijos (en ocasiones, solo aparente), la inmigración... Y por supuesto, la siempre recurrente guerra de sexos.
    Esta penúltima entrega revelará, también, la solidez de la relación que une a este Quijote y a este Sancho que son Petra y Fermín, mostrando que, como en la obra cervantina, hay un proceso de conversión mutua, destapando que es imposible que Sancho no se quijotice ni que Quijote no se sanchice cuando la convivencia es tan prolongada e intensa como la de Delicado y Garzón. De igual modo, y pese al mal carácter de la inspectora, esta séptima novela nos enseñará el cariño y la admiración que le profesan sus compañeros. Y es que, como dice el comisario Coronas en su brindis en la boda de Petra, todos estamos un poco enamorados de la inspectora. Yo incluida.
    Nos seguimos leyendo.

Ficha técnica:

Título: Nido vacío 
Autor: Alicia Giménez Bartlett 
Editorial: Planeta         Género: novela negra, policíaca, thriller, intriga     Páginas: 395  
Publicación  01/01/2007    ISBN: 9788408074625
  

4 comentarios:

  1. No he leído ninguno de la saga, así que me lo apunto para algún día...sabe dios cuando tenga algo de tiempo libre y libros sin leer ;D

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    1. Jajajaja. Siempre tenemos tanto que leer... que es difícil encontrar hueco. Pero Petra lo merece ;)

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  2. Pues me gusta mucho esta reseña, aún estoy inmersa en un libro que me está encantando pero esto lo tendré en la mente, no lo dudes.

    Un besote :)

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    1. Gracias, Nieves. Si te decides, espero que me cuentes qué te parece.

      Besetes!

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