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jueves, 4 de octubre de 2012

El teatro como excusa: "Motivar en Secundaria", de Julián Pérez Fernández

    Para unificar un poco mis reseñas voy a empezar a publicar aquí, los jueves, las que llevo elaborando para Anika entre Libros desde hace año y medio. Hay de todo un poco. Espero que te gusten también.

MOTIVAR EN SECUNDARIA
(Motivar en Secundaria. El teatro: una herramienta eficaz, 2011)
Julian Pérez Fernández

Editorial Erasmus Ediciones
Colección Pensamiento del Presente
1º Edición, Mayo 2011
Género: Ensayo, teatro, didáctica, Educación Secundaria, Pedagogía, motivación, fracaso escolar, representación escolar
ISBN: 9788492806362
212 Páginas

Argumento:

    Partiendo de la base de que la puesta en escena de una obra teatral por parte de los alumnos puede servir para motivar tanto a éstos como a los profesores, Julián Pérez Fernández muestra en esta obra su propia experiencia al respecto. En sus páginas recoge no sólo un resumen de lo que fue su trabajo de investigación doctoral en la Universidad de La Coruña, sino que añade reflexiones sobre el sistema educativo actual y la falta de motivación que acusan tanto docentes como estudiantes, así como datos biográficos de grandes y pequeños nombres que aportaron su granito de arena a la hora de mejorar el sistema, o una extensa explicación sobre las leyes que, desde 1857 hasta nuestros días han moldeado la educación en España, con especial atención a todo lo relacionado con la experiencia que brindó la II República.
   Del prólogo se encarga Alfredo Rodríguez López-Vázquez, catedrático de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la Universidad de La Coruña.

Opinión:

   La falta de motivación, tanto por parte de los alumnos como de los profesores, es uno de los aspectos que más preocupan actualmente a la comunidad educativa, a políticos y a expertos en pedagogía. Desde la teoría y desde la práctica se analizan los motivos y se intenta buscar soluciones que pongan freno a una de las principales causas del fracaso escolar. Precisamente éste es el propósito de Julián Pérez Fernández: aunar la reflexión, la erudición y la práctica para extraer conclusiones y trazar una propuesta que, a la luz de su propia experiencia, da resultado.
   Se trata de utilizar el teatro, la representación teatral, como actividad escolar (es decir, dentro del horario lectivo), interdisciplinar e integradora con el fin de aumentar los niveles de motivación de todos aquellos que participen de la experiencia. La diferencia, como puede verse, es fundamental respecto a todas las experiencias de representaciones extraescolares, motivadas por algún tipo de celebración y, en la mayoría de los casos, voluntarias para los alumnos y dependientes de la buena voluntad de algún heroico profesor, en el caso de los docentes.
   La experiencia propuesta, y llevada a la práctica, por el autor, supone, en primer lugar, que ésta se aborde desde el horario escolar y de forma interdisciplinar, es decir, que los contenidos y actividades relacionadas con la representación teatral se repartan en diferentes asignaturas. En este caso, se trataba de llevar a las tablas la obra “El tuzaní de la Alpujarra”, de Calderón de la Barca, por lo que en las diversas asignaturas implicadas en la experiencia (desde Lengua y Literatura hasta Religión, pasando por Historia, Música o Educación Física, entre otras) se trataron diferentes aspectos relacionados con ella: los valores literarios de la obra y la vida del autor; ejercicios relacionados con la declamación, la gestualidad, la respiración…; los moriscos o la música propia de la época. Este enfoque multidisciplinar permitió llevar al aula contenidos transversales actuales, como la inmigración, además de los temas previstos en las unidades didácticas correspondientes (bien detalladas en la obra).
   Además de la interdisciplinariedad de la experiencia, el otro gran aspecto motivador de la propuesta de Pérez Fernández es la participación de todo el alumnado seleccionado (en su caso, dos cursos de cuarto de la ESO) en todas las tareas relacionadas con la representación de la obra elegida, desde la selección musical, del vestuario o del decorado, hasta su realización, la adaptación del texto y, claro está, la propia puesta en escena. De esta manera, los alumnos veían cubierto un amplio abanico de intereses, desde los más intelectuales a los más técnicos, aumentando así su nivel de motivación.
   Desde el punto de vista formal, el libro se divide en seis capítulos, además de un anexo documental y un repaso a las fuentes utilizadas, que abordan cuestiones relacionadas con la experiencia y que añaden valiosa información al contenido de la propia obra. Así, el autor dedica el primer capítulo a la cuestión que subyace en todo el libro, el objetivo de la investigación: la motivación. En él explica qué es y analiza los porqués de la actual desmotivación de profesores y alumnos en nuestra comunidad educativa.
Mientras que el segundo capítulo aborda la historia de nuestro sistema escolar desde el punto de vista legislativo, ofreciendo una clarificante visión de su evolución, el tercero ahonda en la didáctica del teatro y su aplicación pedagógica. El cuarto capítulo supone un compendio biográfico de personas relacionadas con la educación o el teatro, desde grandes nombres como Federico García Lorca hasta otros no tan conocidos, como el de Arximiro Rico, maestro de escuela.
   Finalmente, el quinto y el sexto capítulo recogen la propia investigación en sí, describiendo su parte empírica en el quinto y las conclusiones extraídas en el último. Como decíamos, la obra se completa con un anexo documental en el que se recogen algunos de los materiales empleados en las unidades didácticas puestas en práctica o fotografías de la representación teatral final.
   En definitiva, se trata de un libro útil para los docentes que busquen nuevas vías de trabajo en el aula o para alumnos inquietos que quieran proponer formas de acceder al conocimiento diferentes a sus profesores, así como para todos aquellos interesados en la pedagogía y la didáctica. De igual modo, las reflexiones y críticas que plantea sobre el sistema educativo español y el grado de motivación de la comunidad educativa resultan no sólo interesantes, bien argumentadas y bien demostradas a la luz de su investigación, sino que deberían ser tenidas en cuenta por quienes tienen en sus manos las llaves de la educación presente y futura. 

    Enlace a la publicación original en Anika entre Libros. 

   Nos seguimos leyendo

2 comentarios:

  1. ¡Qué interesante! Evidentemente, conseguir que los estudiantes se impliquen en una experiencia como el teatro es conseguir que aprendan. Pero llegar a implicarlos no es siempre fácil. ¡Lo que sudé haciendo las prácticas del CAP en un instituto de una zona bastante chunga de Barcelona!

    un besote

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    1. Sí que es interesante y está muy bien explicado. Yo creo que da muchas ideas para quien tenga que enfrentarse a ello en su día a día. Aprender literatura no tiene por qué ser aburrido y yo creo que eso es lo que se tienen que meter en la cabeza algunos profesores. ¿Qué interés tiene que los chicos sepan en qué año nació un escritor? ¿No será mejor que conozcan su obra, que la hayan leído y disfrutado? Es mi opinión, desde luego, pero después de las Jornadas de Animación a la Lectura a las que asistí la semana pasada creo que se puede implicar a los chicos de muchas maneras. Otra cosa, claro está, es llevarlo a la práctica... Supongo que hay grupos que no... y es que no; que ya les puedes llevar actividades motivadoras, que no se sienten motivados y punto. Yo tuve suerte con mis prácticas del CAP, los chicos me pedían más y más y me hacía preguntas y comentarios francamente sorprendentes. Pero, claro, no todos son iguales.

      Besos!

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