Ya conté en la reseña de Cincuenta sombras de Grey que no soy lectora ni de literatura romántica ni de literatura erótica, pero lo cierto es que después de leer a E. L. James y la reseña sobre Delta de Venus que publicó Pep Bruno me picó la curiosidad... y caí. Además, había leído la primera entrega del Diario de Anaïs Nin y, la verdad, me había dejado con ganas de más, de conocer su obra literaria, más allá de sus opiniones que la propia autora o sus amigos tenían sobre ella. Así que no lo dudé y lo incluí en mis lecturas para el Maratón de Lectura de agosto.
He de decir que me ha sorprendido mucho, algunas cosas para bien y otras... no para tan bien. Quizá sea, ya lo he dicho, por mi inexperiencia en este campo, pero lo cierto es que hay algunos relatos que me han resultado como poco incómodos de leer. Advierto, en cualquier caso, que otros son maravillosos y que todos están muy muy bien escritos. Pero no sé si porque nuestros tiempos son diferentes, la sociedad ha evolucionado, antes era erótico lo que ahora es delictivo (o quizá siga siendo erótico, aunque a mí no me lo parezca en absoluto), porque se asocia la literatura erótica (como también pasa con parte del cine erótico o pornográfico) con cierto grado de perversión o de depravación o con la libertad más absoluta, porque la intención era provocar... o por cualquier otro motivo, lo cierto es que no comparto la visión de lo erótico que presenta Nin en algunos de estos cuentos. Comenzando por el primero, que casi consigue que desistiera de mi impulso de continuar profundizado en la literatura erótica. Seré yo, no digo que no, pero qué quieres que te diga, la pederastia no me resulta estimulante. En absoluto.
Esa visión del sexo más allá de la convencionalidad de las relaciones matrimoniales típicas trae hasta los cuentos numerosos ejemplos del uso de la violencia o las drogas como potenciador del encuentro sexual. Además, el incesto, los encuentros homosexuales, la infidelidad o las relaciones espontáneas entre desconocidos también están muy presentes en un compendio de cuentos que, como la propia autora explica en su diario (los fragmentos en los que habla de ello aparecen en la edición que he leído, no sé si en todas), están escritos por encargo: durante los años 40, en época de bajos ingresos, Henry Miller y ella escribían cuentos eróticos para un enigmático coleccionista. En un primer momento, Anaïs los rechazo como parte de su propia creación, pero años más tarde, en los 60, descubrió tras una relectura que el hecho de que fueran un encargo, de que fueran eróticos y de que tuviera que plegarse a las exigencias del pagador (que le exigía que se dejase de poesía y se centrase en el encuentro sexual en sí) no había conseguido eliminar su voz, el estilo propio de la autora. Ese que se filtra a través de todos los relatos, de todas las historias, que consigue presentar ambientes artísticos y exóticos con pinceladas tan certeras como hermosas y que llena la lectura de descripciones sexuales poéticas, llenas de metáforas y
evocaciones, explícitas sin caer en lo procaz, bellas sin caer en la cursilería.
Pero lo que más me ha sorprendido es, en primer lugar, el protagonismo de la mujer y su actitud en los relatos. La mayoría no son mujeres no pasivas, sino totalmente activas, que desean, provocan el
encuentro y disfrutan con él. Su seguridad frente al encuentro sexual tiene como consecuencia, a veces, un hombre paralizado ante mujer con esa iniciativa y que, además, hace gala de su inteligencia. La mujer activa sexualmente e inteligente no es el único modelo de mujer que aparece en la obra. También es frecuente el recurso al mito de la mujer fría, frígida, incapaz de sentir deseo y/o placer así como al mito erótico o sensual de la mujer en su papel de madre.
En segundo lugar, me ha llamado la atención el análisis del componente psicológico que conlleva el sexo. Anaïs Nin conocía a fondo el psicoanálisis, tanto por ser paciente de psicoanalistas reconocidos (como Oto Rank, discípulo aventajado de Freud) como por estudiarlo y ejercerlo. Por eso, el psicoanálisis aparece en su Diario y también en estos cuentos. Incluso llega analizar el comportamiento sexual de algunos de los protagonistas de los relatos, como es el caso de Elena. Amplía, así, la dimensión meramente sexual del cuento erótico para fundirla con su esencia más humana, con la psique, con el componente mental.
Hay mucho análisis del comportamiento humano frente al sexo y a los sentimientos en esta obra, superando el puro relato erótico o, incluso, pornográfico. Así, la autora indaga sobre la entrega y el rechazo, sexual pero también amoroso; sobre la obsesión o, invirtiendo el orden convencional, sobre el amor que puede llegar a surgir tras el o los encuentros sexuales, el amor que viene del sexo.
En definitiva, que se puede ir más allá de la mera descripción de citas eróticas sin dejar de resultar estimulante; que se puede hacer buena literatura por encargo y dentro de un subgénero considerado menor o, incluso, marginal y que se puede ahondar en la esencia del ser humano, sus motivaciones, sus deseos, sus miedos, sus frustraciones, sus logros, sus retos o sus sueños cumplidos también a través del sexo.
Nos seguimos leyendo.
Ficha técnica:
Título: Delta de Venus (Delta of Venus, 1969)Autor: Anaïs NinEditorial: Bruguera Género: Narrativa, cuentos, literatura erótica Páginas: 234Publicación Agosto 1983 (7º edición) ISBN: 9788402062208
Nunca he sido seguidora de este tipo de lectura, pensando en ello solo leí con venti pocos años "las edades de lulú" y por que me dejo el libro una amiga, con esa edad todo lo referente a esta temática llama la atención y gusta, recuerdo que nos llevábamos horas hablando del libro, de nuestras dudas, de nuestras experiencias, que ya te imaginarás con 19- 20 años la que se puede tener.
ResponderEliminarSin duda una época entrañable.
Estoy segura que habrá muchos fan de estas literatura, yo lo mas erótico que he leído es a Antonio Gala que me encanta.
Un besote :)
Es que yo ni siquiera he leído "Las edades de Lulú"... y mira que me gusta Almudena Grandes! Pero es que es un género que no me atraía en absoluto, no sé por qué. Vi la peli pero no leí el libro. Pero en breve espero solucionar esta tremenda laguna en mis lectuas jajajaaj.
EliminarBesos!
Leí el diario de Anaïs Nin, que me dejó muy buen sabor de boca, pero después de eso ya no volví a leerla más. Ahora me dejas con las ganas, a pesar de los peros, pero es que en aquella época las cosas debían ser un poco diferentes. De todas maneras, atreverse a escribir lo que escribía no debía ser fácil. La verdad es que es una lectura muy de verano.
ResponderEliminarPor cierto, ya he empezado 'Una forma de resistencia', que me está encantando.
Un beso
A mí el Diario me gustó. Se me hizo algo pesado en ocasiones pero me encantó la indagación en cómo compaginar ser mujer y ser artista. Me parece muy representativo. Sí que tenía intención de seguir... pero no me resulta fácil encontrarlos en español. Y además, hay tal jaleo de diarios: que si desgajaron la historia de Henry y June y la publicaron por separado, que si hicieron lo mismo con su relación incestuosa con su padre... Así no hay quien se aclare! jajaja. Pero sí, algo más leeré de Anaïs, seguro, ya te iré contando.
EliminarMe alegro mucho de que te esté gustando "Una forma de resistencia". Yo todavía lo tengo encima de la mesa y lo miro de vez en cuando. No he vuelto a leerlo entero otra vez... pero si le echo un ojo a algunos capítulos de vez en cuando.
Besos!
Yo tenía muchas ganas de leer algo de Nin, y cogí en la biblio el libro que recopila sus cartas con Miller. Lo dejé a las 4 páginas porque era un rollo tremendo, me parecieron las típicas cartas entre bohemios que se preocupan más de darle forma al contenido que de el contenido propio...
ResponderEliminarLuego pensé en este, pero lo de la pederastia me da para atrás... Creo que buscaré varias obras y hojearé algo a ver si me convence o qué...
Y respecto a lo erótico, ¡¡mira que es dificil encontrar buena literatura erótica!! Porque las 50 sombras me pareció un bodrio tremendo... Tengo dos en el Kindle y a ver si alguno da la talla...
Mua!!!
Las 50 sombras tienen poco de literario, entendiendo literario como ejercicio de estilo, como belleza formal. Es una historia de amor y sexo sin más. Escrita de manera que engancha, como un guión de cine, pero sin alardes ni cambios de estilo ni nada de nada. Sin embargo, Anaïs sí que busca ser diferente en cada relato, cambiar los puntos de vista, los contextos, las metáforas con las que hace referencia al acto sexual o los miembros sexuales, o a los fluidos, o a las situaciones... y algunas de esas metáforas son muy sugerentes y poéticas. Pero no puedo comparar con más, porque ya digo que no he leído mucho más. Aunque acabo de acodarme de que este invierno encontré unos cuentos por ahí y los leí... Voy a ver si recupero el libro y hago una breve reseña.
EliminarEn este libro solo hay pederastia en el primer cuento. Al ser el primero, consiguió que me hiciese una idea equivocada y me costara seguir. A lo mejor si se te saltas ese puedes disfrutar de los demás :).
En el Diario de Anaïs Nin también habla mucho sobre su relación de Miller. Me gustó porque presenta muy bien las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de escribir... o el intento de que no haya diferencias aunque la sociedad las haga forzosas. No he leído las cartas, a lo mejor son más pesadas que el diario. Si las encuentro, les echaré un ojo ;).
Besos!
Dudo que las Sombras de Gray y Anaïs Nin sean textos que puedan ser clasificados en el mismo saco. Anaïs escribe literatura erótica. La 50 Sombras es simplemente "literatura" (por tratar de darle un nombre) de mercado, bestseller.
ResponderEliminarEl erotismo es más que el acto sexual entre hombre y mujer, quizás sea bueno que averigües un poco más y releas a Nin desde un enfoque netamente literario/poético y dejando esos prejuicios invocados por la sociedad.
A pesar de que ella vendía su obra (lo que también podría ser considerado hoy en día como un acto literario de mercado) jamás dejó el verdadero talento de la descripción, de la expresión de sensaciones y del uso hermosamente sublime de cada palabra.
No mezclemos peras con manzanas.
Saludos.
Estoy por comenzar a leer algo de Anaïs Nin y encontré este blog. Vi la película Henry and June y la verdad me encantó. Admiro lo osada que era Nin para la época en la que vivió y me encantaría leer sus obras. Ya he leído literatura erótica varias veces y es uno de mis géneros favoritos junto con la novela policial. Coincido en que hay novelas que realmente no califican como literatura erótica aunque aparenten serlo. Como dijo alguien en otro comentario, la literatura erótica para ser considerada como tal tiene que ir más allá del acto sexual y los detalles explícitos, tiene que contar una historia con un buen argumento que atrape al lector. Mi primer contacto con este tipo de libros fue casi sin querer, compré un libro en oferta sin fijarme bien de qué trataba y resultó ser de lo más subido de tono jajaja! Es una saga llamada "Los vampiros de Mackenzie". Leí sólo dos libros de la saga porque eran más cómicos que eróticos, pero igual no me arrepiento de haberlos leído. "Después de besarte" es otro libro erótico que me encantó y lo recomiendo, y también "La cobra y la concubina" me gustó mucho.
ResponderEliminarCuando lea algo de Anaïs Nin volveré por aquí a comemtarles qué me ha parecido.
Saludos desde Argentina
Ileana