Boolino Book Box: materiales para "¡Cuídame!"

  Cada vez estoy más convencida de los peligros de la sobreprotección. Lo compruebo cada día, con amigos de Lucía o con algunos de los niños que vienen a mis talleres. E incluso en mis propias carnes. Lo entiendo: es muy difícil dar cuerda a nuestros hijos en un mundo que nos parece tan lleno de peligros y de gente que no actúa como debería, pero creo que les hacemos un flaco favor al guardarlos bajo nuestra ala más tiempo del que es necesario.

   La guerra de independencia que, ley de vida, se disputa entre padres e hijos no empieza en la adolescencia, como muchos suelen pensar, sino que comienza desde que son bebés. El debate entre la autonomía y el cuidado y la protección que debes (y que te sale de forma natural) a tu hijo te ponen en un brete cada día, desde que nacen. En muchos casos, los pasos se van dando por puro instinto o a demanda: cuando el niño pido determinadas cosas (comer solo, vestirse solo, bañarse solo...) se le van dando. Pero otros cuesta mucho más darlos. O cuesta, dependiendo (creo yo) de tu grado de madurez y de seguridad en ti mismo y en tu hijo.

   De todo ello habla el libro para que el Boolino ha preparado una práctica y divertida Book Box este mes.

    ¡Cuídame! cuenta la historia de Javi y el señor Tijereta y la divertida tarde que pasan juntos, eso sí, con un eterno tira y afloja sobre las normas y los límites. Solo que, en este caso, el "adulto" sobreprotector es el niño. Es muy divertido el juego que da el intercambio de roles (el adulto es el que pregunta cómo se cuida a un niño) y, al mismo tiempo, este humor favorece la reflexión. Y lo hace en dos sentidos: por un lado, mostrando las claves del cuidado de un niño y, por otro, haciéndonos pensar sobre los excesos, sobre las advertencias interminables, sobre las consecuencias de pintar continuamente al niño un mundo lleno de peligros.
   Así pues, el libro (enfocado a lectores de entre seis y ocho años) nos permitirá hablar con los niños de confianza, de responsabilidad, de seguridad y de intercambio de papeles, lo que también le da una perspectiva diferente de la relación entre niños y cuidadores. Pero también abre la puerta a que les invitemos a ser espontáneos, libres y a no vivir constantemente preocupados por lo que pueda pasar. A tomarse la vida con más calma y a ser resilentes.
   Por su parte, la caja que ha preparado Boolino incluye tres actividades que nos ayudarán a incidir en estos conceptos mediante el juego. La primera de las actividades ahonda, precisamente, en la confianza y nos propone trazar un recorrido para nuestro hijo (luego podemos intercambiar los roles) con varios obstáculos e invitarle a que lo haga con los ojos tapados y utilizando nuestra voz y nuestras indicaciones como guía. Esta actividad también ayuda a ver cómo, a veces, magnificamos los peligros que corren nuestros hijos y reaccionamos de manera desproporcionada a obstáculos que, en realidad, son pequeños. Y esto, curiosamente, no será más fácil verlo cuando ellos nos tengan que guiar a nosotros porque, al fin y al cabo, los niños son esponjas e imitan nuestra manera de enfrentarnos al mundo y de advertirnos sobre él.
   La segunda actividad propuesta nos invita a reflexionar sobre cómo se cuida a un niño mediante un divertido juego de preguntas y respuestas. La caja incluye ese listado de preguntas y los materiales necesarios para hacer un par de banderas (una para el "sí" y otra para el "no") que le den más emoción al juego.
   La tercera propuesta consiste en trasladar un dibujo a una superficie más grande mediante un sistema de coordenadas.
    Como siempre, las actividades están perfectamente explicadas y clasificadas tanto en edad, como en dificultad, tiempo y tipo de capacidades que se pone en marcha con ellas.   

   En definitiva, una historia divertida que nos hace reflexionar y una serie de actividades y de propuestas de debate que nos permitirán ahondar en esas reflexiones. Una buena sugerencia, sin duda.

  Nos seguimos leyendo.