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miércoles, 3 de febrero de 2016

"Caramarcada", de Ramón Hernández: una novela de misterio de la que hemos hablado mucho

http://www.casadellibro.com/libro-caramarcada/9788420736044/74608


Título: Caramarcada
Autor: Ramón Hernández
Ilustraciones: Shula Goldman
Editorial: Anaya
Género: LIJ, misterio, suspense
Páginas: 96
Publicación: 1990
ISBN: 9788420736044



  -Entérate de una vez, se trata de un crimen que no ha de dejar la más mínima huella. Tía, por otra parte, merece una muerte digna, no una chapuza. Por ello creo que debemos acudir a un profesional... De modo que consultemos las páginas amarillas.
  Efrén pasaba el dedo índice de su mano derecha por la larga lista de anuncio s de la guía telefónica que aparecían agrupados bajo el epígrafe "CRÍMENES POR ENCARGO".
  -Creo que éste es el mejor -añadió, deteniendo su dedo índice en un escueto anuncio:
CARAMARCADA
CRÍMENES
   Este ha sido el primer libro que hemos leído en el club de lectura de 11-12 años en 2016. Lo elegí mirando la edad y porque alguien me había hablado de él, pero poco más sabía más allá de que era una historia de misterio, un primer acercamiento a la novela negra. Así que cuando empecé a leerlo en mi casa y vi cómo era comencé a preguntarme qué pensaría mis chicos de él.
   Porque, como ellos mismos me dijeron nada más entrar por la puerta, "esta novela es rara". "A ver, a ver... rara ¿en qué sentido?", les pregunté yo, más que nada para tirarles de la lengua, porque mi impresión era la misma. "Rara... pero rara para bien", me contestaron. Y me quedé más tranquila, porque es verdad que es una obra un tanto extraña pero de la que podemos disfrutar y, sobre todo, que da mucho (pero que mucho) juego para un club de lectura.
    Así que empezamos a desgranar las razones que hacen que esta obra sea rara. "Es rara porque hablan raro". Y así es. El estilo general que el autor elige para esta novela (no he leído nada más firmado por Ramón Hernández, así que no puedo decir si es su estilo o si solo lo adopta en este caso) es ampuloso, redicho, grandilocuente y, como alguno dijo, "un poco pasado de moda". De hecho, mientras lo leía, yo pensaba en cierta literatura española de los años 50 o 60. Al hilo de este debate, los chicos me dijeron que es que era una obra muy antigua, y yo les dije que no tanto, que estaba escrita en 1990 y que tenemos que diferenciar el año en el que se escribe un libro de la época que trata de reflejar. Y, en este caso, ese tiempo interno de la obra podríamos situarlo, precisamente, en las décadas en las que yo había ubicado su forma de expresión. Más años 50 que 60, todo sea dicho.
    Esta forma de expresión creo que concuerda muy bien con los personajes que quedan retratados en la novela: la más rancia aristocracia, gente de bien, culta y con estudios (al menos, supuestamente) que maneja un amplio vocabulario y a la que se le presupone (o se le puede presuponer) una forma de hablar parecida a la que se utiliza en la obra. Aunque es cierto que en la novela, el lenguaje se enrevesa aún más cuando habla Caramarcada, el asesino a sueldo que da título a la novela y que procede de los más bajos fondos. Con ello, el autor puede tratar de romper los prejuicios de clase, o puede ser un intento de parecer más de lo que uno es, o una forma de tratar de asemejarse a sus clientes o de esconder las propias carencias, les expliqué.
    El tema de la aristocracia también nos sirvió para hablar de otro de los aspectos raros de la novela: los nombres que el autor elige para bautizar a sus personajes. Son raros pero raros de verdad. Efrén Nepomuceno, Gualterio Blas, Luzdivina, María de la O... son algunos de los sonoros y llamativos antropónimos que podemos encontrar en la obra y que inciden en esa sensación de rareza.
    Una rareza que también tiene que ver con el argumento: los sobrinos de Luzdivina se reúnen para planear su asesinato con el único objetivo de heredar de una vez por todas. Obviamente, le hemos sacado mucho partido al debate de esta trama y hemos hablado de ciertos valores, del egoísmo, de los límites de cada uno y de lo que están bien o mal.
    Este argumento se completa perfectamente con la presentación de los personajes que realiza Hernández y, también con las ilustraciones de Goldman, otro de los aspectos que les parecieron raros a los chicos. Y es que si el autor presenta a unos personajes con ojos artificiales y, en general, poco agraciados físicamente ("raros, profe, es que son muy raros"), las ilustraciones reflejan fielmente ese universo extraño. Es más, lo elevan a la enésima potencia, con dibujos en algunos casos metafóricos que nos hablan de la esencia del ser humano y de las máscaras tras las que nos ocultamos.
    Y, claro, un libro así de "raro" no iba a tener un final claro y diáfano. Como todo en la obra, el final sorprende y deja abierta una historia que puede tener varias lecturas y de la que, como queda demostrado, hemos hablado mucho.
    Yo, la verdad, he disfrutado de lo lindo, más que con la novela en sí, con la sensación de sacar a los chicos de su zona de confort por primera vez. Más allá del me ha gustado o no me ha gustado, han podido comprobar cómo hay libros que a lo mejor no nos atraen por varias razones pero que nos pueden aportar mucho y cómo es fantástico poder compartir opiniones sobre estas obras "raras" con otros lectores que tienen las mismas sensaciones que nosotros. 
     Nos seguimos leyendo.
   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto 25 Españoles: 5/25
  •  Reto Olvidados: 2

2 comentarios:

  1. PUes creo que podría leerlo junto a mi hija, que me ha resultado bastante curioso.
    Besotes!!!

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  2. Pues lo tendré en cuenta, porque no lo conocía y pinta muy bien =)

    Besotes

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