Juntando más letras: "Hotel Paradiso", de Ramón Pernas: una historia de contrastes sobre la soledad y las consecuencias de nuestros actos

Título: Hotel Paradiso
Autor: Ramón Pernas
Editorial: Planeta
Género: novela
Páginas: 288
Publicación: 08/04/2014
ISBN: 978-84-08-12631-7

Cuando el ingeniero J. I. construyó la residencia de ancianos Paradiso, nunca se imaginó que pasaría en ella los últimos días de su vida. Recluido allí por sus hijos, el anciano comienza a maquinar un plan para «liberar» a sus compañeros de residencia. Para él, el Paradiso se había convertido en un infierno.
Mientras, y sin que J. I. lo sospeche, la casualidad quiere que a ese mismo pueblo llegue el circo Tivoli llenándolo todo de color y magia y con una atracción estrella: la elefanta Zara; la misma que cincuenta años atrás él había regalado a su hijo recién nacido, ahora dueño del circo. Ramón Pernas consigue envolver al lector en una trama ágil de gran altura literaria, en la que la magia del circo y la soledad de la vejez se unen para contar una historia brillante y emotiva.

   Me gusta mucho la forma de contar de Ramón Pernas, su estilo calmado, profundo, capaz de mirar la realidad con ojos incisivos y compasivos al mismo tiempo. Me gusta su manera de mirar y su manera de mostrar, su forma de contar y de analizar lo que esa mirada ve. En Hotel Paradiso hace gala de esa mirada peculiar para contarnos una historia de vejez y soledad, trenzada con otra de juventud y promesas de futuro.
    Esos son los dos ejes sobre los que giran las trama de esta novela ágil que se lee en un pispás. Por un lado, el momento final de J.I., el anciano ingeniero confinado a la residencia de ancianos que él mismo construyó pero en la que nunca pensó habitar y, por otro, las vivencias de la familia que conduce el circo Tívoli, comenzando por su actual cabeza de familia, hijo extramatrimonial de J.I, y una hija llena de planes de futuro.
    Pernas juega, así, constantemente, con el contrapunto de ambas tramas, tanto por el hecho de que sea dos ejes que no se llegan a tocar como por las contradicciones de ambiente, tono y caracterización de personajes que corresponden a cada una de ella: la historia de J.I. es decadente, cercana al final, muy intimista, volcada en las últimas semanas de un anciano solitario que se despide del mundo y que hace balance de su vida, mientras que la historia del circo es, como el circo mismo, colorida, esperanzadora (pese a sus problemas y a los baches que han encontrado en la vida sus moradores), llena de futuro.
    Creo que esta oposición de contrarios es el verdadero objetivo de la obra, puesto que el lector está pasando constantemente de uno tono a otro, de un sentimiento a otro, lo que potencia la radicalidad de cada uno de ellos y hace que, paradójicamente, la soledad sea aún más triste y la alegría, aún más brillante.
    El hilo que hilvana estas dos tramas no podía ser más sorprendente: una elefanta que se acaba convirtiendo en trasunto del propio J.I. Una elefanta que suplió el cariño que debió dar a su hijo, que le acompañó durante toda su vida y que va a morir justo al mismo tiempo y en el mismo lugar que el ingeniero. Más contraposiciones y círculos cerrados en la novela.
    Pernas nos hace pensar en las consecuencias de nuestros actos, en si nos ganamos la soledad, o la felicidad, o las ausencias de nuestra vida o sin son fruto del tiempo y la casualidad. Con pluma certera, nos invita a reflexionar sobre lo que queda de nosotros cuando nos vamos, sobre las equivocaciones que cometimos y sobre los errores que ya no se pueden emendar.
   Una novela, pues, llena de contrastes y sentimientos, capaz de emocionar y hacer pensar al mismo tiempo, que se alzó con el Premio Azorín en 2014.
     Nos seguimos leyendo.