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viernes, 6 de noviembre de 2015

"Seis historias en torno a Mario", de Jordi Sierra i Fabra: una dura historia sobre la drogadicción

  Aprovecho el mes de la novela infantil y juvenil para rescatar esta reseña que publiqué hace unas semanas en Anika entre Libros y que habla de un libro que me convenció.

Seis historias en torno a Mario
Título: Seis historias en torno a Mario
Título Original: (Seis historias en torno a Mario, 2015)
Autor: Jordi Sierra i Fabra
Editorial: Espasa Juvenil Colección: Narrativa Juvenil

Copyright:
© Jordi Sierra i Fabra, 2015
© Espasa Libros, S.L., sociedad unipersonal, 2015
Edición: 1ª Edición: Julio 2015
ISBN: 9788467045345
Tapa: Blanda
Etiquetas: adicciones, drogas, familia, amistad, España, amor, educación, juvenil, militares, literatura española, novela, realismo, 17 años, 15 años, 14 años, 16 años, literatura juvenil, años 80, años 70, drogadictos, servicio militar, cocaína, heroína
Nº de páginas: 240
 

Argumento:

  Jordi Sierra i Fabra construye la identidad de Mario, el protagonista de la novela, a través de lo que seis personas muy cercanas a él nos van contando. Historias cotidianas, que van desde la infancia a la juventud, pero que en este caso tienen el matiz de la drogadicción. ¿Cómo se hace un drogadicto? ¿Qué le arrastra hasta ese punto? ¿Se podría haber evitado? ¿Cómo?
  Esas son las preguntas que se hacen, a toro pasado, los seis personajes que analizan la vida de Mario y que también se hará el lector.

Opinión:


  Ambientada en los años más duros de la droga en España, cuando los chicos aún tenían que hacer el servicio militar y a las chicas todavía se las educaba para ser esposas de bien, la historia que nos presenta Jordi Sierra i Fabra aúna perfectamente contexto social y vivencias personales para ofrecernos una visión de conjunto muy interesante de aquella España. El autor profundiza, así, en la sociedad del esfuerzo, del trabajo duro y de la promesa de un porvenir a fuerza de constancia pero también de una sociedad en la que a veces es difícil hacerse un hueco. Le pasa, en realidad, a casi todos los  personajes de la novela: el hermano de Mario, Gabriel, renuncia a su sueño de ser escritor por cumplir el sueño de su padre: acabar una carrera; la hermana, Alejandra, no es capaz de salir de la frustración y la amargura que una ruptura amorosa le causó en el contexto en el que una mujer se tenía que casar y tener hijos y cuanto antes mejor; la madre de Mario, Teresa, tuvo un hijo en la madurez para no quedarse huérfana de unos hijos que se iban haciendo mayores y de un marido que dedicaba buena parte de las horas del día al trabajo, su sueño.
  Mario nace y crece en una realidad como esta, realidad que Sierra i Fabra disecciona a base de pequeñas escenas que el lector tendrá que hilar para componer la foto de conjunto. Y lo mismo ocurrirá con el retrato del propio Mario: su personalidad se va construyendo a partir de la narración centrada en alguno de los personajes que le rodean, no a través de lo que él piensa o siente.
De hecho, esa es la estructura de la novela: seis partes que se inician con un pequeño texto en primera persona y que continúan con una narración en tercera persona omnisciente pero en la que la voz narradora centra el foco en uno de esos personajes. Así, la madre, el padre, el hermano, la hermana, el amigo y la novia protagonizan cada una de esas partes y nos van contando, en orden cronológico, la historia de Mario desde su nacimiento hasta que ya es demasiado tarde. Solo al final, en el epílogo, escucharemos al propio Mario.
  Creo que esta estructura fragmentaria, este conocer a Mario a retazos, en forma de escenas y desde diferentes puntos de vista la añade realismo a la obra porque se aproxima a la forma en la que conocemos a cualquier persona en la realidad. Uno no es el mismo delante de sus padres, que en su entorno laboral, que con sus amigos… y esa es, precisamente, la idea que transmite la novela. Además, al lector le queda la duda final de si llegó a conocer a Mario, justo lo que le ocurre a los personajes de la obra. Incluso a él mismo.
  La estructura se completa con una peculiaridad en el uso de los tiempos verbales que potencia esa sensación: los parlamentos en primera persona de cada uno de los personajes, además de estar marcados en cursiva, figuran en pasado, mientras que la narración omnisciente transcurre en un presente que actualiza los hechos, que hace que el lector los viva casi al mismo tiempo que Mario. Se crea así una conexión entre el pasado y el presente, entre lo que fue y lo que yo no podrá ser. Y, en el fondo, un regusto de culpabilidad, de duda por si se pudo hacer algo más, de rabia por no haber actuado de otro modo por parte de cada uno de los personajes cuya voz escuchamos.
  Sierra i Fabra propone en esta novela, dirigida a jóvenes a partir de 14 años, que reflexionen sobre su propia personalidad, sobre el contexto que les ha hecho ser como son y si realmente quieren ser así, que no se dejen llevar por la comodidad, la pereza, la desidia o los sueños de otros, sino que busquen su propio camino y, sobre todo, que ante la duda no caigan en un recurso aparentemente fácil como es el de la drogas, pero tan caro a medio plazo. Tan caro que puede llegar a costar una vida. La tuya.
    Enlace a la reseña original.
   Nos seguimos leyendo.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho Sierra i Fabra. Desde adolescente, cuando le comencé a leer, hasta ahora. Escribe bien, las historias son interesantes y más de una vez me he quedado enganchada a una de sus novelas juveniles mientras sólo le echaba un vistazo. No entiendo cómo puede ser tan prolífico y que todas sus obras sean más que decentes. Hace tiempo que no le leo. Creo que lo último suyo que cayó en mis manos fue 'La pell de la revolta', que me gustó mucho.

    Besines

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  2. No puedo con este autor... nunca me ha terminado de gustar U.U

    Besotes

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