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martes, 27 de agosto de 2013

"El tiempo entre costuras", de María Dueñas: una ambientación de lujo para una trama que no decae




Ficha técnica:


Título: El tiempo entre costuras       Autora: María Dueñas
Editorial: Círculo de Lectores                                         Género: novela histórica, novela de espionaje  Páginas: 640
Publicación: 2009    ISBN:  9788467239928

Sinopsis (editorial):


  Nadie imaginaba que Sira Quiroga, una sencilla modista madrileña, pudiera abandonar a su novio formal poco antes de contraer matrimonio para unirse a un hombre al que apenas conoce, una decisión que cambia su vida para siempre. Sira lo abandona todo y huye a Tánger con su nuevo amor, justo antes del levantamiento. Tardará años en poder volver a España. Sola y acuciada por las deudas, la joven se forja una nueva identidad en Tetuán, capital del Protectorado de Marruecos, una ciudad mundana donde se dan cita aventureros, impostores y aristócratas de todo el mundo. Aquella inocente chica de barrio descubre el desamor y la traición y se convierte en una mujer sofisticada y elegante que bebe champán francés y taconea por los vestíbulos de lujosos hoteles. una mujer capaz de llevar a cabo una peligrosa misión en uno de los momentos más delicados de la historia europea, cuando la guerra está próxima y nadie confía en nadie.
   Hay una rama de la investigación literaria, la Estética de la Recepción, que se ocupa de analizar cómo el lector recibe una obra literaria. Uno de sus conceptos básicos es el de "horizonte de expectativas", que son todas aquellas ideas previas (opiniones propias a priori basadas en aspectos externos, como la portada o el título, o en internos, como comentarios o reseñas leídas; conocimiento de la trama, proyecciones sobre lo que ocurrirá y sobre los personajes, etc.) que uno se hace antes de empezar a leer cualquier obra literaria. Así pues, esos horizontes los conforman elementos individuales (el bagaje cultural y personal de cada uno, los gustos propios, nuestras lecturas previas, nuestro baremo a la hora de valorar las obras...) y colectivas (las tendencias literarias de cada momento, las opiniones mayoritarias, los comentarios, las recomendaciones, el canon literario, lo que la sociedad considera buena o mala literatura, la historia de la literatura que nos enseñan en el colegio o en el instituto...). Con todo ello, siempre nos formamos una idea previa de lo que vamos a encontrar en un libro y hacemos un cálculo a priori sobre si nos va a gustar y cuánto. Y por eso en muchas reseñas se dice eso de "había oído hablar mucho de este libro pero a mí no me ha llegado" o "esperaba más de este libro, por todo lo que había leído sobre él, pero mis expectativas no se han cumplido". 
    Creo que El tiempo entre costuras es un libro más que apropiado para hablar del horizonte de expectativas: después de cuatro años de éxito de ventas y críticas y opiniones positivas, cualquier lector que hoy se enfrente a la obra esperará una novela casi redonda, maravillosa, inolvidable. Luego, la lectura irá encargándose de convertir esas expectativas en resultados... o no.
   Personalmente, mi horizonte de expectativas no se ha visto satisfecho. Quizá la culpa la tengan esa cantidad de opiniones positivas que he leído en estos años, las recomendaciones personales, el hecho de que María Dueñas se haya convertido en una escritora de renombre o el que todo el mundo decía que El tiempo entre costuras es muy superior a Misión Olvido, novela que yo sí había leído. En lo personal, también han tenido que ver mis lecturas previas, la literatura que he leído antes y, sobre todo, mi tesina y mi fijación por las lecturas de género que encuentro en cada novela.
     Siendo todo esto así, he de decir que El tiempo entre costuras me ha gustado, vaya eso por delante. Quizá no tanto como esperaba (esperaba un libro cinco estrellas y me he encontrado con uno de cuatro, que no está nada mal, por supuesto, pero es que mis expectativas estaban tan altas...) pero he pasado horas muy muy agradables en su compañía, a pesar de algunos pasajes que me han chirriado un poco (como uno de los momentos finales, en los que ejerce de puente entre alemanas y portuguesas. Pero... ¿no tenía un nivel básico de alemán? ¿Y sabe portugués, o solo lo entiende por cercanía al español? ¿Y aún así, y mientras intenta que la conversación no decaiga con tales deficiencias lingüísticas, es capaz de enterarse de lo que hablan los hombres y memorizar datos, nombres y lugares? Y encima lo hace divinamente. No sé, a mí ese episodio me resulta un poco inverosímil, la verdad).
  Entre los aspectos que me han hecho disfrutar de la historia está, por ejemplo, que el ritmo de la narración no decae en ningún momento, el nivel de acción y de nudos se mantiene bastante constante (y bastante alto) durante toda la novela: siempre está ocurriendo algo, siempre hay un problema que solucionar, una misión en la que embarcarse, una propuesta que aceptar. No hay demasiados momentos de remanso por lo que el lector percibe que la vida está en constante construcción, que siempre pasan cosas interesantes que afrontar. No he encontrado momentos en los que la narración decaiga o de esos que llegan a aburrir, a la espera de que ocurra algo. Lo único que retarda la acción en esta obra es la minuciosidad con la que están contados los acontecimientos (la profusión de detalles y pasos que dar en cada nudo de la trama) y las abundantes descripciones que adornar la narración y ayudan al lector a contextualizar la acción en ese ambiente exótico y no siempre bien conocido.
    También me ha gustado la introducción del mundo de la costura en una obra literaria. Cuando yo era pequeña, mi madre cosía (no de un modo profesional, pero sí hizo algún que otro curso, así que sabía lo que se hacía), por lo que todo el universo de telas y patrones que dibuja Dueñas y todo ese léxico relacionado con sus técnicas, herramientas y materiales me ha resultado cercano y perfectamente integrado en el contexto de la obra, de tal manera que a veces da lugar a imágenes o metáforas muy bellas (las costuras del alma, las alfileres que le clavan por dentro cuando ocurre algo malo...).
    He de confesar que, aun gustándome mucho la trama, la protagonista no ha acabado de engancharme. Entiendo su manera de enfrentarse a la vida, pero no he logrado empatizar con sus problemas. Quizá me ha faltado algo más de introspección, quizá he echado de menos más análisis de sentimientos... No lo sé. Pero no he conectado con ella, no me he involucrado en sus idas y venidas y en más de una ocasión me he preguntado ¿y por qué hace esto ahora? Aún así, sí me ha gustado el gesto final de romper con su tendencia a seguir el dictado de otros o de los propios acontecimientos e intentar imponer su voluntad, hacer frente a lo que otros dictan para ella y tratar de construir su camino según sus propios criterios, deseos y necesidades.
    Entre los aspectos negativos (para mí, por supuesto) de la novela destaco dos. El primero son las lecciones de Historia, a veces metidas con calzador, incluidas en la novela. Hay momentos en los que he sentido que Historia e historia no estaban bien integradas, me han rechinado ciertos párrafos o, incluso, algún capítulo entero. Me ocurrió, por ejemplo, en el inicio de la tercera parte, cuando acaba la guerra y Sira empieza a hablarnos de un montón de movimientos políticos y reuniones en las altas esferas gubernamentales que, creo yo, es imposible que ella conociera en ese momento, ni siquiera a través de Rosalinda. En aquel momento, a Sira no le preocupaba especialmente la actualidad, o no había dado muestras de que le preocupe, y es imposible que Rosalinda sepa, ni siquiera por boca de Beigbeder, el devenir de algunas de las reuniones de Franco de las que se nos habla en esos primeros capítulos de la tercera parte. Mi sensación fue que Sira había cogido el libro de Historia y se había puesto a transcribirlo, sin más. La verosimilitud de la voz en primera persona de la novela se quebró, para mí, en esos capítulos y ahí empezó a deformarse mi horizonte de expectativas. No obstante, en otros momentos de la trama, la ficción y la realidad y los personajes inventados y los históricos están perfectamente integrados y las costuras que los unen se mantienen firmes aunque retires el hilván que los mantiene juntos mientras creas esa unión firme y duradera.
    El otro aspecto negativo en el que voy a incidir, un remate que, insisto, para mí sobra y recarga el resultado final, es el epílogo: la autora se demora contándonos el devenir de los personajes históricos (yo hubiera resumido un poco más esta parte) pero luego deja abiertos los caminos para los personajes de ficción. Mi opinión personal es que, para eso, no hagas un epílogo. Ya sabemos que les puede pasar una cosa u otra, que pueden pasar la vida juntos o separarse en el primer recodo del camino, eso ya me lo puedo imaginar por mí misma. Entonces, o me cuentas lo que tú, como creadora, has ideado para ellos o no me dices nada, porque para elucubrar ya me basto por mí misma. Yo hubiera eliminado ese epílogo y hubiera traspasado la frase final, la frase que salva el capítulo entero y que te hace cerrar el libro con un sabor dulcísimo en la boca, al último capítulo, porque lo que está claro es que esa frase tenía que aparecer en el libro, es la sentencia final, el leitmotiv de toda la novela, el McGuffin de la historia, el broche perfecto que te permite sacar un moraleja o una aplicación práctica para tu propia vida.
    Y una última pega, en este caso no relacionada con la novela en sí, sino con su edición o, al menos, con mi ejemplar: entre las últimas páginas, hay tres o cuatro con defectos de impresión y están llenas de manchitas de tinta que dificultan la lectura y afean una edición cuidada y costosa, lo que me da una rabia tremenda. Añado una foto para que veas a lo que me refiero.
 
  Por lo demás, me han seducido los ambientes y escenarios a los que María Dueñas nos traslada y también el momento histórico que elige para armar su trama. El estilo es pulcro, sencillo pero trabajado, e impecable. Hay personajes simplemente maravillosos, como esa Candelaria que se pone el mundo por montera y tira hacia adelante construyendo el mejor resultado posible con los mimbres que le va dando la vida. 
   De igual modo, creo que el trabajo de documentación de María Dueñas es más que loable y así lo demuestra la bibliografía final y también lo que cuenta en su página, web que me ha parecido muy interesante para saber más cosas sobre el proceso de creación de la novela, aspecto este que siempre me interesa conocer de cualquier obra. 
    En resumen, una novela interesante, escrita con un estilo impecable, en la que el ritmo no decae y que presenta una conjunción perfecta de personajes históricos y ficticios a través de una trama que une historia e Historia y que presenta aspectos y ambientes poco explorados de un capítulo de España más que conocido.   
   Nos seguimos leyendo.      

   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto 12 meses 12 libros: 8/12 
  •  Desafío100 libros: 87/100
  • Reto Desafía tu estantería: 3/5

12 comentarios:

  1. Mi "horizonte de expectativas" respecto a este libro en realidad no es muy amplio: toda las reseñas positivas que ha tenido este libro se han ajustado con las no tan positivas de su segundo libro. Total, que le he calculado la "media" y creo que será un libro de "ni tanto ni tan de ello". Lo leeré, claro, porque el empuje que ha tenido me lleva a eso, pero sin prisas :)

    Saludos!

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  2. Es un libro que me gustó mucho mucho, me mantuvo obsesionada...les llamaba a las niñas Sira y solo quería leerlo, y no muy rapido para que nunca se terminara...es uno de mis libros preferidos. Saludos

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  3. Muy ilustrativo éso de las expectativas, me ha encantado tu explicación
    Yo tengo este libro pendiente, como te dije y las expectativas muy altas (quizás demasiado, lo cual es peligroso)
    Sí que he leído Misión olvido, con unas expectativas muy altas precisamente por lo que había oído hablar de El tiempo entre costuras. Y me decepcionó bastante.
    Espero que éso no ocurra con este libro cuando finalmente decida leerlo.
    Besos

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  4. Lo leí después de esperar casi medio año en la biblioteca de mi barrio (no tenía e-book) y mereció la pena. Gran historia y perfecta ambientación. Besos!

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  5. El tiempo entre costuras me gustó pero algo menos de lo que debería por las expectativa saltas que llevaba...eso si, ni punto de comparación con Misión olvido (no me gustó nada)
    Un beso!

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  6. Lo leí el verano pasado y me encantó. Estoy contigo en que la acción no se hace pesada. Me encantó la evolución de la protagonista, nada forzada y la ambientación. A ver que tal esta la serie
    Besos

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  7. Una gran reseña. Es un libro que disfruté mucho, sobre todo por su cuidada ambientación. Y también por la costura. Yo también me crié entre patrones y telas, que a mi madre le gustaba mucho coser, no profesionalmente, pero siempre estaba haciendo sus cositas. Con el personaje principal me pasó más o menos lo mismo que a ti, no logré empatizar con ella. Y algunas veces parecía saber más de lo que realmente debiera por su condición. Y el epílogo tampoco me gustó. Sobra por completo, quitando esa frase final.
    Besotes!!!

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  8. A mi en su momento este libro no me terminó de convencer, sí la ambientación y tal pero el final se me hizo largo y hasta aburrido. De hecho me quedé mejor con el segundo en contracorriente de todos los que disfrutaron tanto de El tiempo entre costuras. Creo que pese a la fama de María Dueñas a mi me falta un algo más todavía en sus libros (aunque me gusta como escribe).
    Besos

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  9. Estoy a ver si se lo termina mi amiga y me lo deja, que le tengo unas ganas!!!

    Besotes

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  10. A mí me gustó mucho, me entretuvo y lo leí rápido. La grandísima pega que le puse cuando lo leí fue el final, no lo entendí, me pareció que desmerecía el resto del libro, la verdad.

    Besos

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  11. Bueno, pues por fin lo leíste!
    Entiendo que, después de tantísimo éxito, te esperes mucho más y luego te quedes un poco decepcionada; es el pan nuestro de cada día como lectores!!
    Pero veo que aún con fallos, te ha gustado y lo has disfrutado, y eso es lo que cuenta.
    Besos!

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  12. Recuerdo que me gustó, aunque lo leí seguido al de Julia Navarro (Dime quién soy) y al tener algunas similitudes (aunque son historias diferentes) no lo valoré tanto como creo que hubiera hecho al leerlo después de cualquier otro.
    Saludoss

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