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lunes, 17 de junio de 2013

"La reina sin espejo", de Lorenzo Silva: Bevilacqua y Chamorro a este lado del espejo



    Ficha técnica:


Título: La reina sin espejo       Autor: Lorenzo Silva
Editorial: Destino             Género: novela, novela negra Páginas: 384
Publicación: 15/11/2005   ISBN:  84-233-3775-8

Sinopsis (editorial):


  Una mujer es brutalmente apuñalada en su casa de campo en Zaragoza. Se trata de una célebre y atractiva presentadora de televisión, casada con un escritor catalán de culto. Las huellas de una noche de sexo y drogas sugieren a primera vista un crimen pasional propio del mundillo del espectáculo, pero sólo el curtido buen juicio del sargento Bevilacqua y la precisa inteligencia de la cabo Chamorro lograrán penetrar más allá de las apariencias, enfrentándose a sus propios prejuicios. La investigación lleva a la pareja de investigadores de la Guardia Civil a Barcelona, donde tienen que sortear todo tipo de dificultades, desde el pasado amoroso de Bevilacqua, hasta la delicada cooperación con los Mossos d'Esquadra. Gradualmente, se va dibujando una compleja intriga cuya resolución implicará resolver enigmas de Alicia a través del espejo, explorar el mundo de los chats de Internet, y ahondar en el alma de un personaje con quien el sargento de la Guardia Civil tiene más de una cosa en común. En La reina sin espejo, quinta entrega de la serie de Bevilacqua y Chamorro, la densidad interior de los personajes sirve de contrapunto perfecto a una intriga rica en sorpresas y revelaciones. Lorenzo Silva sabe crear diálogos y situaciones de gran ironía donde lo mismo se discute a Corelli o a Lewis Carroll que se exploran con inteligencia los prejuicios en tiempos del nuevo orden político autonómico.
    ¡Ay, este Bevilacqua! Se nos va haciendo mayor. O eso cree (o siente) él y así nos lo hace saber en varias ocasiones a lo largo de esta cuarta novela (quinta entrega si contamos los cuatro relatos que Silva reunió en Nadie vale más que otro) de la saga que protagoniza el guardia civil. De hecho, su cansancio, su hastío, ese mirarse en los jóvenes y ver cómo ha cambiado, su mirada hacia el pasado, su nostalgia de tiempos mejores, su análisis de lo que ha sido su vida hasta el momento se convierten, en este caso, en subtrama de la obra. Silva se hace eco, así, del paso hacia a la madurez que sobreviene en la frontera de los 40: hora de balances, tiempo para repasar lo hecho y reordenar el futuro, tiempo para mirar al presente y reconocerse en lo que uno es, más allá de lo que soñó que podría haber sido. Sin embargo, he de confesar que me preocupa la tristeza, la melancolía, la frustración, el aburrimiento o la pena por lo no realizado que destilan muchos de los comentarios de Bevilacqua en esta entrega, ese "estar más cenizo que de costumbre" que también preocupa a Virginia. Me lo hubiera llevado a tomar un café y hubiera charlado con él largo y tendido para entender el porqué de su abatimiento. Si se hubiese dejado, claro está. Que Rubén es muy suyo para sus cosas. Ya lo intentó Chamorro en alguna ocasión en esta novela y no obtuvo más frutos que yo.
    Me gusta Bevilacqua. Me gusta su manera de ser y cómo tiene amueblada la cabeza. Y me gusta ir descubriendo pasajes de ese pasado que ahora vuelve a él. Silva continúa guardándose piezas del pasado del sargento y nos las va administrando con cuenta gotas, libro a libro, reflexión a reflexión, recuerdo a recuerdo. En esta ocasión, sabemos algo más sobre el fracaso de su matrimonio o sobre la aventura sentimental que tuvo en Barcelona. Me parece muy atractiva ese dosificación de la vida de Bevilacqua a la que nos somete Silva: ya conocemos al personaje, ya sabemos cómo es y cómo piensa, ya sabemos de sus soldados y de su carácter, ya no tiene que volver a contárnoslo; pero eso no quiere decir que lo sepamos todo de él, siempre queda algo nuevo por descubrir, como ocurre en la vida misma.
   También me ha resultado muy interesante la visión sobre Cataluña que nos ofrece el autor. Por unas razones u otras, quienes vivimos en otras partes de España tenemos una serie de prejuicios sobre la forma de vida, la mentalidad o la forma de pensar de los catalanes. Silva ofrece un poco de normalidad: retrata los conflictos internos y externos de la Cataluña actual (o, por lo menos, de la de hace una década) y desmonta otros muchos falsos mitos que muchos que no han pisado nunca esa tierra creen a pie juntillas. Y me ha encantado esa crítica a la burocracia por encima de la acción, esa competencia entre cuerpos de seguridad diferentes que, en el fondo, están para lo mismo; ese saltarse el papeleo y hacer las cosas a lo Bevilacqua, ir al grano, moverse, ser pragmáticos, más allá de lo que las instituciones o los políticos consideren que hay que hacer. 
     De igual modo, me gusta su manera de echar por tierra tópicos y estereotipos sobre determinados colectivos, como, en este caso, hace con los guardias civiles: los hay cultos, los hay formados, los hay universitarios. 
    Y, por supuesto, me han enamorado las referencias metaliterarias que Silva incluye en esta entrega: esa Alicia/Neus que no sabe si es reina o esclava, si está dormida y sueña o es fruto de un sueño; el análisis de la figura del escritor, la visión que la sociedad tienen de ellos, representada por Gabriel Altavella, el marido de Neus, la víctima de esta novela. Y, por la parte que me toca, me ha interesado especialmente la reflexión sobre la admiración que los escritores despiertan en nosotros, esas etapas de embeleso y devoción que muchas veces sentimos y que se oponen a otros momentos de alejamiento, si no de rechazo hacia el autor. Y el placer que supone para un lector hablar con un autor, intercambiar opiniones, conocerle en la cercanía, en lo que él es y no en lo que son sus personajes. He de confesar que, tras esta lectura, me mantengo en la primera fase en mi relación con Lorenzo Silva, es decir, la de la admiración absoluta. Cada día me gusta más cómo escribe y lo que escribe, su estilo y lo que cuenta con esa precisa elección de palabras. Llevo muchos años y muchos libros leyendo a Silva y, de momento, mi admiración y mi respeto por él no decaen. Es más, creo que crece a cada nueva lectura. Y, de momento, la única entrega de Bevilacqua y Chamorro que me queda por leer es la que ha ganado el Planeta... ¿qué mejor promesa?
    Nos seguimos leyendo.


    Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto Homenaje a tu autor favorito: 4/5
  •  Reto negro y criminal: 9/1
  •  Desafío100 libros: 58/100
  • Reto Sumando: 19/2013
    Encuentro literario con Lorenzo Silva: aquí.
    Otros títulos de la saga reseñados:

10 comentarios:

  1. Uno de los libros de Bevilacqua y Chamorro que más me ha gustado, perdona si te chafo la ilusión, pero para mí está mejor que el último Premio Planeta.
    Besos!!

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  2. Aún no me he iniciado con este autor, me da vergüenza hasta decirlo!
    Besos

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  3. Quiero ponerme con este autor ya, pero no sé por cual empezar ni que orden llevar...

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  4. Yo empezaría por el principio, por "El lejano país de los estanques", porque así vas conociendo a los personajes tal y como ha previsto que lo hagas el autor. Eso si te refieres a empezar con la saga. Si te refieres a qué libro de Silva leer en primer lugar, sea o no de la saga... pues no sabría qué decirte, la verdad. Tiene tanta variedad, que depende un poco de tus gustos personales. A mí, por ejemplo, me gustó muchísimo "La flaqueza del bolchevique", pero es que no tiene nada que ver con esta saga o con "La sustancia interior", que también me gustó aunque me parece más difícil de leer. Si es que este hombre escribe de todo: juvenil, infantil, sobre guerra, novela policíaca, relatos... Sus libros son tan diferentes que es difícil recomendar uno solo.

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  5. Seguiré tu recomendación y empezaré desde el principio, lo que no sé es cuando,
    besucus

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  6. Acabo de terminar el primer libro de esta serie y me ha gustado mucho. Así que seguiré con estos libros. Y estas reseñas desde luego animan a leerlos todos pronto.
    Besotes!!!

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  7. A este libro se hacen numerosas referencias en su última novela La marca del meridiano, no solo por transcurrir en parte en Cataluña, sino porque retoma algunos de los personajes que en ella aparecen

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  8. No voy a leer tu post porque lo tengo pendiente y no quiero saber nada, jejejeje

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  9. Tengo ganas de seguir con esta serie a la que tengo un poco abandonada. En cuanto a la reseña que voy a decir yo, si le gusta al autor de la novela. Ni me atrevo, jajajaja. En la Feria del Libro nos contó Lorenzo Silva que había conocido gente que no había tenido ningún acercamiento a su obra y que tras leer La marca del meridiano había sentido la necesidad de leerse toda la serie de un tirón (se le ponía una sonrisa de oreja a oreja). Un beso.

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  10. Tengo la colección completa, pero como soy como soy, la empecé por el final, a la espera de ponerle remedio en algún momento, porque a mi también me gusta Bevilacqua, claro. Y Lorenzo Silva más.

    Un beso.

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