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domingo, 30 de junio de 2013

Pasando revista a la semana#11

  Ando fatal de tiempo, así que hoy no me voy a apuntar a muchos sorteos. Dejo para la semana que viene algunos a los que les tengo echado el ojo y hoy me sumo solo a dos.
 

SORTEOS

  • Ya dije que le tenía ganas a este libro, así que voy a aprovechar que Momentos de Silencio Compartido también lo sortea para tentar a la suerte de nuevo. El sorteo está abierto hasta el 10 de julio, como puedes ver aquí.

  • Y como he naufragado en otro sorteo de este libro y mucha gente dice que está muy bien, por a probar suerte otra vez, en esta ocasión de la mano de El Universo de los Libros. El plazo para apuntarse está abierto hasta el 13 de julio y las bases están aquí
 


 

LIBROS GANADOS

 

  Esta vez, también en plural (¡qué feliz me siento!). El domingo pasado, después de publicar mi post semanal, Cartafol me avisó de que tenía sorpresa en Momentos de Silencio Compartido y Libros que hay que leer. ¡Me había tocado el sorteo que había organizado con motivo del Mes del Amor que está a puntito de empezar! Así que en julio leeré y reseñaré Ashford Park gracias a ellas.
   Además, también he ganado un ejemplar de La hija de la criada gracias a Adivina quien lee. Ganar el sorteo implicaba participar en la lectura conjunta, así que en cuanto me digan, organizo lectura y reseña y comparto mis impresiones contigo.


#RETODEESTA SEMANA


  Bueno, locura total. Mi #retodeestasemana se me ha descontrolado. La verdad es que últimamente tengo la sensación de leer poquísimo y, de hecho, mi reto mensual se va a quedar a menos del 90%... pero bueno, lo compensaré con otros meses en los que leo más de lo que me propongo, ¿qué le voy a hacer? El caso es que esta semana me había propuesto acabar La marca del meridiano y leer Me llamo Lucas y no soy perro y está conseguido. Pero me propuse empezar Amantes en el tiempo de la infamia y el pobre se ha vuelto a quedar en la cola esperando, porque se le ha colado Un refugio para Clara, de Marta Estrada, porque el miércoles Destino organiza una presentación y quería tenerlo medio leído para entonces (veremos, porque no tengo ni idea de cómo va a ser esta semana). Y por si eso fuera poco, también he empezado a leer El fotógrafo de paisajes, de Mercedes Pinto Maldonado en el teléfono. Y como el teléfono lo llevo a todas partes, pues voy bastante avanzada. Y, por cierto, me está gustando mucho. El de Marta Estrada también, aunque llevo solo unas cien páginas. Si siguen como hasta ahora, me da la sensación de que los dos son de esos libros que se quedan dentro de ti, porque ambos hablan de personas muy muy especiales.
   Así que mi reto para esta semana será acabar todo lo que tengo empezado: Un refugio para Clara y El fotógrafo de paisajes. Y ojalá pudiera dedicarle tiempo de una vez por todas a Amantes en el tiempo de la infamia, pobre, que llevo semanas y semanas arrastrándolo.



ENTRADA MÁS LEÍDA ESTA SEMANA

   
   La entrada más leída de los últimos días vuelve a ser la que dediqué a mi primer sorteo. ¡Esto marcha!! Y de las que he publicado esta semana, la más visitada ha sido la reseña de El lector de Julio Verne. ¡Me alegro por Almudena Grandes!

  Respecto a las entradas de esta semana, la verdad es que ando tan de cabeza que no sé a qué me dará tiempo, así que no adelanto nada.


IMM

   
   Esta semana he recibido un libro y un regalito muy especial que me tocó en el sorteo que organizó Carmen y amig@s, así que ¡super feliz!



¡¡Feliz semana!!
 Nos seguimos leyendo.

viernes, 28 de junio de 2013

BBF#40: "Me llamo Lucas y no soy perro", de Fernando Delgado

  
   Estoy como los niños en la semana de exámenes. Tengo unas ganas de que llegue la semana que viene y leer a gusto y feliz que no te lo puedes ni imaginar. Con tanto lío como tengo, esta semana he podido leer lo justito y eso que tengo algunos compromisos que tengo que solucionar como sea. Hoy viernes tengo entre manos este libro, tan cortito que espero terminarlo esta noche. Comienza así: 

 BBF#40

Me llamo Lucas y no soy perro.

Bueno… Mi familia decía: “Lucas es un perro que no sabe que es un perro”.
Y no lo soy.
O no quiero serlo. (Me llamo Lucas y no soy perro, Fernando Delgado)
   A la que le está encantando es a Lucía, aunque no es, ni de lejos, un libro infantil. Pero como acaba de empezar a leer y la mujer tiene ahora ganas de leer todo lo que cae en sus manos, lo coge de vez en cuando y lee un trocillo, hasta que se cansa. Le llamó la atención la carita del perrete de la portada y le resulta super curioso que sea el perro el que hable. Por mi parte, me está gustando mucho cómo tiene amueblada la cabeza este perro. La tiene bastante mejor acondicionada que algunos humanos que conozco... Ya te contaré si acabomos adoptándolo (metafóricamente, claro. Yo le tengo una alergia a los perros que la única manera que puedo tenerlos cerca es así, en foto o como protagonistas de una novela).   
     Nos seguimos leyendo.

jueves, 27 de junio de 2013

"Prométeme que serás delfín", de Amelia Noguera: prometido queda

 

    Ficha técnica:


Título: Prométeme que serás delfín                              Autora: Amelia Noguera 
Editorial: Amazon    Género: novela             Páginas: 248
Publicación: Septiembre 2002    ISBN: 978-84-8310-216-9

Sinopsis (editorial):


 Una profesora de Primaria aparece asesinada en su aula. Algunas de sus alumnas, amigas desde siempre, intentan evitar la CATÁSTROFE y deciden investigar quién ha sido el culpable. ¿Quién querría ver muerta a Adela? La lista es muy larga pero otro hecho terrible la reduce drásticamente.  A través de su mirada de niñas pero con la aguda intuición de la curiosidad infantil, el lector se adentrará en el mundo de Sofía, su amiga hiperactiva que más odiaba a la profesora. También conocerá por sí misma a su madre, una doctora que vive solo para su hija.  Sin embargo, lo que las amigas descubrirán en su empeño, desearán no haberlo aprendido nunca.
   Una de las cosas que más me gusta de la novela negra o de la novela policíaca es la indagación en la sociedad en la que los crímenes investigados tienen lugar. La forma de matar, el contexto en el que se produce el hecho, los testimonios de los testigos, las reflexiones de los investigadores incluso el asesino dicen mucho de la sociedad en la que viven. En ocasiones, hasta la sociedad es la que provoca directamente o indirectamente la muerte. Y eso es lo que ocurre en esta atípica novela de investigación sin investigadores, donde las "pesquisas" las llevan de forma bastante heterodoxa tres niñas de Primaria, en la que el cuaderno de sospechosos podría tener unicornios en la portada, pocos echarán de menos a la víctima y muchos podrían haber sido el asesino.
  Me ha gustado el planteamiento de la novela, ese utilizar el crimen para reflexionar sobre otras muchas cosas: la educación que potencia un único tipo de inteligencia, la apología de la competitividad que, para muchos, cimenta el sistema educativo; los miedos, que a veces parecen pueriles, pero que, en el fondo, siempre están ahí, aunque varíen las causas que los provocan; la integración y el aislamiento, la igualdad y la diferencia... Y sobre todo, la crisis, esta crisis que convierte esta novela en un texto absolutamente pegado al tiempo y a la sociedad en que los vivimos, un texto bronco en ocasiones, rabioso, enfadado, indignado. Amelia Noguera hace crítica social (o, más bien, crítica política) en esta novela y se le nota la rabia. Esa rabia que muchos (¿todos?) sentimos por lo que está pasando, por ese desmantelamiento del estado del bienestar que se ensaña con dos de sus pilares básicos: la sanidad y la educación. Rabia por ese "apretémonos el cinturón" mientras otros siguen agrandado sus cinturones para que les quepan sus cada vez más abultadas barrigas. En las antiguas tragedias griegas, había un momento en el que todos los actores se marchaban y dejaban solo al coro para que este, directamente, interpelase al público. Muchas veces, transmitían las ideas del autor, por lo que el término parábasis (que es el que definía ese momento de la representación) ha acabado definiendo la ruptura del hilo argumental por parte del autor para dar su propia opinión sobre algún tema. Aunque aquí no hay ruptura en el relato, sí he oído la voz de Amelia en muchas de las cosas que critica la madre de Sofía. Y creo que su crítica es la que muchos podemos hacer.
  Así que, en el fondo, esta novela que se disfraza de criminal es, en realidad, literatura de barricadas, literatura comprometida, literatura que toma posiciones para criticar (y transformar) la sociedad en la que nace. "La poesía es un arma cargada de futuro", decía Gabriel Celaya. "La novela también lo es", parece apostillar Noguera.
  Además de la crítica social, el otro gran tema que aparece en la novela es el Trastorno por Déficit de Atención (TDA), con o sin hiperactividad. Me ha gustado mucho que Amelia nos acerque a esta Sofía/delfín y a su guerrera madre para que nos muestren cómo se vive y cómo se lucha cuando uno sabe que algo pasa pero nadie más lo cree así. Cómo se lucha cuando te cierran puertas, nadie te comprende, ni tú misma a veces, y no queda más recurso que la fe en uno mismo y en quienes quedan a tu lado. Me ha encantado conocer a esta Sofía que promete y que tanto cariño es capaz de dar. Creo que el tema está suficientemente desarrollado en el libro, aunque no me hubiera importando que incluyera, por ejemplo, el punto de vista del resto de los alumnos o de los padres de esos alumnos, más allá de esas miradas de reprobación de las que habla la madre de Sofía. Es un problema social que atañe a mucha gente: a los afectados, por supuesto, pero también a los compañeros, a los profesores, a los especialistas... Sé que es cierto que a veces no se encuentran respuestas, que a veces no se hacen bien las cosas, pero también sé que las consecuencias las asumen no solo los afectados, sino también quienes les rodean, en mayor o menor grado. Es un tema duro y me ha resultado muy interesante leer y reflexionar sobre ello y contrastar lo que he visto y oído sobre el asunto con una experiencia como la de Sofía.
  La obra se construye sobre los pilares que le brindan dos voces narrativas: la de la madre de Sofía (cuyo tono es, ya lo he dicho, bronco, desesperado, enrabietado... menos cuando habla sobre la propia Sofía) y una de las amigas que "investigan" el caso. Las dos hablan en primera persona pero lo hacen en capítulos diferentes (mucho más cortos los de la madre, que son los que incluyen la parte más reflexiva y reivindicativa de la novela), así que no hay posibilidad de dudar sobre quién habla. La niña, por su parte, está situada dentro del relato en el futuro y desde ahí nos narra los hechos, por lo que, en ocasiones, también incluye reflexiones a posteriori sobre la repercusión que los acontecimientos narrados tuvieron o dejaron de tener en su infancia y la de sus amigas. Esta doble ubicación temporal de esta segunda voz narrativa me ha provocado alguna que otra duda sobre su verosimilitud, pero puede ser cosa mía. Me explico: si tú eres una adulta que ha reflexionado mucho sobre lo que te ocurrió en la infancia y que expones a alguien reflexiones y recuerdos sobre lo que viviste y lo que aquello pudo hacer con tu infancia... ¿hablarías de "cono" y de "educa" y serías capaz de recuperar en ese momento de tu trayectoria personal la inocencia de los niños a la hora del ver el mundo para describir lo que viviste? Me parece que la voz y la mentalidad infantiles están muy logradas... lo que me chirría es la ubicación narrativa de esa voz. Al situar la primera intervención de esta narradora en el futuro que analiza lo que ocurrió, yo ya escucho en mi cabeza una voz adulta y me chirría que hable como una niña o que mezcle la visión infantil con la reflexión de la madurez. Tal vez, si hubiera empezado con la voz infantil y en el último capítulo hubiera introducido la voz adulta y reflexiva no me hubieran surgido estas dudas. O quizá sea yo, que me  dejé llevar durante la lectura por este problema de verosimilitud en vez de escuchar lo que estaba realmente contándome. He intentado imaginármelo dentro de mi cabeza como esas pelis en las que la voz adulta en off empieza a narrar y desaparece para dejar paso a la narración fílmica o en las que una voz infantil toma el relevo de esa voz adulta para seguir narrando... pero no me ha funcionado. Quizá, ya digo, es que le he dado demasiadas vueltas al asunto...
  En cualquier caso no puedo cerrar esta personal opinión sobre esta novela sin hacer mención de un pequeño guiño metaliterario que me ha encantado: ese momento en el que las niñas tratan de desentrañar los mecanismos de la literatura de misterio compartiendo los elementos y procesos que ellas han ido encontrando en los libros que han ido leyendo. Un bonito reflejo de cómo los lectores aprendemos a valorar las estructuras y técnicas narrativas casi sin darnos cuenta.
   En definitiva, una novela que se lee rápidamente, quizá un poco maniquea (aunque comprendo la razón de que lo sea) pero con personajes muy humanos que, entre tanta crítica y tanto sufrimiento, también canta a la amistad, a la fortaleza, a la perseverancia, a los que hacen bien su trabajo, a los que se implican, a los que luchan y a los que guardan en su corazón la esencia del delfín.
  Nos seguimos leyendo.      

   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto Autores de la A a la Z: N
  •  Desafío100 libros: 64/100
  • Reto Sumando: 26/2013           




miércoles, 26 de junio de 2013

"Cinco", de Ursula Poznanski: gracias por el juego


     Ficha técnica:


Título: Cinco        Autora: Ursula Poznanski 
Editorial: La esfera de los libros                                Género: novela, novela policíaca, thriller         Páginas: 432
Publicación: 02/04/2013    ISBN: 9788499705927

Sinopsis (editorial):


 THANKS FOR THE HUNT...
Felicidades, has encontrado el tesoro.
  Han hallado el cuerpo sin vida de una mujer en un prado. Ha sido asesinada. En la planta de los pies han dibujado unas coordenadas que lleva a la policía de Salzburgo a otro tremendo hallazgo: una mano humana metida en un recipiente de plástico. Pero ¿a quién pertenece esa mano en perfecto estado de conservación? ¿A qué obedecen las coordenadas tatuadas en los pies de la primera víctima? Beatrice Kaspary y Florin Wenninger se ven sumergidos en una peculiar y espeluznante búsqueda del tesoro en la que el premio, al parecer, son nuevas pistas que parecen conducirles cada vez más cerca del asesino. Sin embargo, conforme las víctimas se suceden en una sanguinaria versión del geocoaching, sus vidas personales sufren las consecuencias del caso y sus superiores les apremian a resolver lo antes posible el enigma, el misterio parece haber llegado a un callejón de salida. Hasta que Beatrice se convierte ella misma en presa...
   Me encantan los libros (y las películas y los capítulos de series de televisión) en los que un malo malísimo pero super listo convierte una investigación criminal en una gymkana morbosa y trepidante. No sé por qué me pasa, pero me encanta que el asesino proponga enigmas que el poli ha de resolver y que el poli confíe en que esas pistas lleven a buen puerto y que, finalmente, lo haga (bueno, buen puerto es una forma de hablar: los cadáveres que quedan por el camino, probablemente, no piensen lo mismo). Así que te puedes imaginar lo que he disfrutado con este libro porque esta es una de esas novelas. Además, la carrera de obstáculos y pistas incluye un elemento que me parece muy original, novedoso y atractivo: el geocaching. El geocaching es una actividad totalmente inofensiva y lúdica que practican aficionados a la búsqueda de tesoros: alguien esconde algo (el owner, o sea, el asesino en el libro) y alguien lo busca (o sea, Beatrice Kaspary, la protagonista), siguiendo las pistas y coordenadas que le deja el primero. Solo que, en esta ocasión, el juego ni es tan inofensivo ni es tan lúdico... y hasta ahí puedo leer si no quiero destripar nada de la intriga. 
  Una intriga que está muy bien construida, que no decae, que te mete en el libro desde la primera página y que te arrolla con el poder de la incertidumbre, del qué pasará y de las preguntas que todos nos hacemos cuando leemos este tipo de libros: ¿Pero este tío de qué va? ¿Pero cómo puede hacer esto? ¿Y quién será? ¿Y qué le habrá pasado para que se le haya ido la olla de esta manera? De la trama criminal solo diré que está muy bien dosificada, que incluye algún que otro giro sorprendente y que, como muchas veces en estos casos, te hace pensar sobre las consecuencias de nuestros actos, sobre las casualidades, sobre el estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, sobre la culpabilidad, sobre cómo aprende a uno a sobrellevar el dolor de la pérdida y sobre los diferentes caminos que los seres humanos toman como vías de escape frente a la desgracia.
  Esta trama criminal se entrelaza con los problemas personales de la protagonista: un matrimonio fracasado y un exmarido que la acosa, dos hijos hacia los que siente la culpabilidad de la madre policía que no puede pasar con ellos tanto tiempo como le gustaría, un asesino que lleva el caso hacia lo personal y una culpa del pasado que carga a sus espaldas desde hace demasiados años. Además de una manifiesta atracción por su compañero Florin. Desconozco si Poznanski se ha planteado esta novela como una saga (o quizá todo dependiera del éxito logrado) pero da esa impresión por la superficialidad con la que trata algunos de estos aspectos personales (solo da algunas pinceladas, como si tuviera pensado profundizar más en futuras entregas) y por los flecos que quedan sueltos. Como también queda un poco injustificada la razón por la que su insoportable jefe se comporta así con ella. ¿Machismo puro y duro? Sea como fuere, me ha gustado conocer a la Bea mujer, a la Bea madre y a la Bea policía. Y es que, como dice Dolores Redondo, todos tenemos muchas caras y no somos iguales cuando ejercemos de padres, de compañeros, de amigos, de jefes... aunque seamos la misma persona. Mostrar esas diferentes caras de un mismo personaje ayuda al lector a conocerlo mejor, a hacerse una idea más global de su carácter. 
  En definitiva, una historia policial trepidante, con el magnífico gancho del geocaching, su jerga y sus costumbres, que hace pensar sobre muchas cosas y que te mantiene pegada a sus páginas de principio a fin (que, al fin y al cabo, es lo que una espera de un buen thriller policíaco). 
  Nos seguimos leyendo.      


   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto Negro y criminal: 10/15
  •  Desafío100 libros: 59/100
  • Reto Sumando: 5/2013           




martes, 25 de junio de 2013

Lucía y su esposo

    Situación: Lucía me habla de un niño de su clase.

   Lucía: Es que todo el rato me pide que sea su esposa y yo no quiero ser su esposa.
  Yo: ¿Y por qué no quieres ser su esposa? (pregunto, a ver qué perla me suelta)
    Lucía: Porque siempre que le digo "no" se pone triste y yo no quiero estar casada con alguien que se ponga triste solo porque le diga que no.
  
  Moraleja: ¡Ojo! Si lo piensas después de la risotada... tiene miga. Mucha miga. Yo he sacado muchas conclusiones, pero te dejo libertad para que saques tú las tuyas.

 Nos seguimos leyendo.

lunes, 24 de junio de 2013

"El lector de Julio Verne", de Almudena Grandes: enseñando el difícil camino hacia uno mismo











Ficha técnica:


Título: El lector de Julio Verne                                   Autora: Almudena Grandes                                              Editorial: Círculo de lectores                                        Género: novela, novela histórica, novela de aprendizaje Páginas: 360
Publicación:  2012      ISBN: 9788467249651

Sinopsis (página del autor):


  Almudena Grandes nos brinda la segunda entrega de los «Episodios de una guerra interminable». Esta es la historia del pequeño Nino, hijo de guardia civil, de Cencerro, de los guerrilleros y de la batalla que se libran en la Sierra Sur de Jaén.
   Verano de 1947, Sierra Sur de Jaén. Las paredes de la casa cuartel de Fuensanta de Martos son quizá demasiado delgadas: una noche en la que Nino, un chaval de nueve años hijo de un guardia civil, no puede dormir, la preocupación de su padre llega a sus oídos... Dice que Nino no dará la talla para ser guardia civil, así que lo mejor es que estudie mecanografía. Antes de escuchar esas palabras, Nino tiene muy claro que de mayor no quiere vivir en una casa cuartel, ni quiere darle miedo a la gente ni saber que escupen al suelo en cuanto se da la vuelta... El muchacho preferiría parecerse a Pepe el Portugués, el forastero misterioso y fascinante que acaba de instalarse en un molino apartado. Nino comenzará a recibir clases de mecanografía en el cortijo de las Rubias, donde una familia de mujeres solas, viudas y huérfanas, resiste en la frontera entre el monte y el llano. Mientras descubre un mundo nuevo gracias a las novelas de aventuras, Nino comprende una verdad que nadie había querido contarle... En la Sierra Sur se está librando una guerra, pero los enemigos de su padre no son los suyos. Después de ese verano, Nino mirará a los guerrilleros liderados por Cencerro con otros ojos.
   ¿Te ha pasado alguna vez que empiezas a leer un libro y es como volver a casa? ¿Que las palabras te acogen y te arropan, como si fueran una cálida manta, y el ritmo de la narración se acopla al de tu corazón y todo fluye, todo es cómodo, todo va bien? A mí me pasa con varios autores, entre los que cuento a Almudena Grandes. Aprecio su evolución literaria y el giro que le dio al tema y al compromiso de sus obras después de Los aires difíciles... pero volver a ella es siempre como regresar a casa, a un lugar conocido donde sabes que te van a tratar con respeto, donde no van a menospreciar tu inteligencia, donde no te van a decir lo que tienes que pensar, aunque sí intenten abrirte los ojos ante cierta parte de la realidad menos conocida o escondida o, directamente, manipulada.
   Inés y la alegría cayó en mis manos en mala época para mí. Acaba de quedarme en paro, volvía a estudiar, tenía una niña pequeña... lo empecé pero conecté. No era nuestro momento. Así que tenía una espinita clavada, una gran incertidumbre: ¿y si Almudena Grandes había dejado de gustarme? ¡Pánico! No podía ser. No podía ocurrir que, de repente, mi escritora favorita de todos los tiempos del mundo mundial y yo no conectáramos. Dejé pasar el tiempo y retomé algunas de las obras anteriores de la autora en las que, por supuesto, sí hubo esa conexión. Así fue cómo descubrir una de las grandes cuentas pendientes que yo tenía con la autora: Las edades de Lulú. Publicó El lector de Julio Verne y, como continuaba esos Episodios de una guerra interminable tuve miedo de que me pasara lo mismo que con Inés. Lo compré (por supuesto, porque sabía que en un momento u otro lo leería) pero lo dejé aparcado en la estantería hasta que llegaran tiempos mejores. Y llegaron. El pasado 23 de abril (si es que hasta la fecha es significativa) pude conocer en persona a mi adorada Almudena y asistir a un encuentro con lectores en el que habló (y mucho) sobre El lector de Julio Verne. Y ahí cayeron todos mis muros, olvidé todas mis reticencias y recuperé a Almudena. Desde entonces, tenía muchas ganas de leerlo y, por fin, lo he hecho. Y... ¿qué te voy a decir? Que ha sido un auténtico placer.
    Me ha encantado conocer a ese Nino que ve que el mundo que ha conocido hasta ese momento comienza a tambalearse. Primero, porque empieza a darse cuenta de lo que realmente ocurre tras los muros de la casa cuartel en la que vive. Segundo, porque comienza a descubrir que lo que es no es lo que parece, que las creencias que uno muestra de cara a la galería no son siempre las que uno lleva en el corazón. Y tercero, porque a su vida llegan varios personajes (Pepe el Portugués, doña Elena, Elenita, las Rubias...) que transforman su forma de ser y, sobre todo, de pensar. Me ha encantado dar con Nino ese primer paso hacia su madurez y acompañarle en las decisiones que ha de tomar con sus nueve, diez u once años y que comenzarán a moldear su personalidad hasta convertirle en el hombre que llegará a ser.
    Por una parte, la novela indaga, como he dicho, en ese proceso de maduración personal, en ese momento de la vida en el que la infancia se nos empieza a quedar pequeña y nuestros sueños de ser mayor comienzan a colgarnos por el cuerpo como camisas demasiado grandes aún. Ese momento en el que hay que empezar a tomar decisiones, abrir los ojos, mirar y, sobre todo, ver de qué pasta está hecha el mundo y qué se esconde detrás de lo que nos quieren mostrar y de lo que nos ocultan.
    Pero Nino es un niño muy inteligente, así que ese despertar a la vida será también un despertar a la ideología, a la forma de entender el mundo, de elegir, de vivir. Y empezará a ver a las personas de otro modo, a rascar bajo la superficie, a alejarse de lo que dicen los demás para verlas desde su propia óptica, creando sus propios criterios para juzgar y valorar a quienes le rodean.
    Para recorrer un camino tan difícil, Nino contará con la ayuda de grandes personas que son espléndidos personajes literarios. Así, Pepe el Portugués será el primero que le abra los ojos a los trucos de la madurez (ese meter las camisas debajo del colchón para que no haya que plancharlas) y que le vaya mostrando que uno también puede cambiar de opinión sobre la marcha porque tú te has marcado un camino y la vida puede hacerte dar más vueltas de lo que esperabas para llegar a tu destino. O porque aunque los tíos como nosotros no se casan, a veces encuentras una buena mujer que te hace temblar el corazón y tu principio se desmorona. Y hay que saber afrontarlo, adaptarte y seguir disfrutándolo, sin olvidar quién eres o quién quieres ser.
   Y la vida de Nino le pone por delante a doña Elena y con ella aprenderá a amar los libros y las historias y los personajes y los lugares y los viajes en el tiempo que permite la literatura. 
    Con el telón de fondo que le proporciona una posguerra que prolonga una guerra interminable, Nino aprenderá que los buenos no siempre son los mejores y que hay malos que deben disfrazarse de malísimos para poder seguir haciendo el bien. Aprenderá que no todo es cómo nos cuentan y que a veces hay que tener valor para desmarcarse y hacer ver a la multitud que bailar sobre el cadáver de una persona no es humano, por muy bandolero que haya sido, o te hayan contado que ha sido. 
    Almudena Grandes nos sumerge en un mundo desconocido para muchos: para aquellos que, afortunadamente, no tuvimos que vivirlo en primera persona y para quienes solo han escuchado una versión, la oficial, y no se han dado cuenta de que toda versión única siempre oculta los matices y convierte las medias verdades en imposibles verdades absolutas. Grandes nos hace llorar y reír (¡ay, esos motes, alegría de la novela!) y disfrutar y sufrir y consumirnos en la rabia y nos abre los ojos y nos muestra la otra cara de la verdad para que, por lo menos, admitamos que puede ocurrir que otra verdad sea posible. Y, sobre todo, nos hace pensar. Y vivir. Y aprender. Y leer.
    Nos seguimos leyendo.

   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Desafío100 libros: 62/100
  • Reto Sumando: 24/2013
  • Reto 12 meses 12 libros: 6/12





domingo, 23 de junio de 2013

Pasando revista a la semana #10

  ¡Madre mía! ¡Qué semanas llevo! Y la que está a punto de empezar se presenta, por lo menos, tan complicada como las dos anteriores. En siete días te cuento qué tal me ha ido. De momento... ¡firmes! Que paso revista.
 

SORTEOS

  • Me encanta la forma en la que Xavier Beltrán, de Tras la lluvia literaria, nos invita a participar en su sorteo. Es simplemente genial. Y como el libro también me tiene intrigada.... ya he reservado mi pasaje: ocuparé el asiento 8F, si el capitán no tiene ningún inconveniente. Quedan pocos asientos pero puedes apuntarte hasta el 28 de junio. Puedes buscar el tuyo aquí.
  • El verano es buena época para reír así que probaré suerte con el libro que sortean Concha y Bea en De Lector a lector. Está abierto hasta el 4 de julio, como puedes ver aquí.
  • Adivina quien lee nos propone participar en un libro por el que siento mucha curiosidad, así que me apunto. El plazo para hacerlo finaliza el 6 de julio. Bases, aquí.
  • Después de la reseña de Laky me quedé muy pillada con este libro, así que cuando he visto que La sabiduría de los libros sortea ¡diez ejemplares! y encima ¡firmados por el autor!... pues no podía dejar pasar la oportunidad. Tienes toda la información aquí.

 


#RETODEESTA SEMANA


   La tesina y los cuentacuentos en los que estoy participando últimamente me tiene tan absorbida que casi no estoy sacando tiempo para leer este mes, así que llevo el reto mensual... francamente mal. Sí he conseguido cumplir mi reto de esta semana: acabar El lector de Julio Verne, leer Prométeme que serás delfín, de Amelia Noguera, para la lectura conjunta organizada por El búho entre libros y empezar La marca del meridiano, de Lorenzo Silva. Y he acabado (a duras penas, he de decirlo) Atada a ti, de Sylvia Day, que me ha parecido una engañifa total y absoluta. ¿Ahora se le ocurre que la cacareada trilogía tendrá más entregas? Pero si ya no hay dónde rascar.... En fin, poderoso caballero es don dinero, que decía el gran Quevedo.
   Y tengo tantos libros pendientes aún de los que me propuse leer en junio que ya no sé ni por dónde tirar en esta última semana, porque encima se ha colado otro en medio. Así que acabaré La marca del meridiano, a ver si puedo publicar la reseña antes de que acabe el Mes de la Novela Policíaca, y leeré Me llamo Lucas y no soy perro, de Fernando Delgado, e intentaré empezar Amantes en el tiempo de la infamia, de Diego Doncel, que llevo semanas y semanas y con él pendiente, pobrecico mío.


ENTRADA MÁS LEÍDA ESTA SEMANA

   
   Lo siento muchísimo por Pérez-Reverte y, sobre todo, por el gran Lorenzo Silva... pero la entrada más leída de esta semana es... (redoble de tambores): ¡la convocatoria de mi primer sorteo! Me hace muchísima ilusión que tanta gente haya leído ese post y que el número de participantes crezca día a día. Gracias por estar ahí y por responder tan bien a mi propuesta. No sabéis lo que significa para mí.
   Y a partir de mañana seguiré cumpliendo con el Mes guerrero y con el Mes de la novela negra, por supuesto. Espero que os gusten mi reseñas de esta semana.


IMM

   
   Tengo algunos libros que me han tocado en sorteos pendientes de llegar pero esta semana solo he recibido este. Me parece que la idea de partida es graciosa, ya te contaré cómo está el libro.

¡¡Feliz semana!!
 Nos seguimos leyendo.