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viernes, 8 de marzo de 2013

"Nadie quiere saber", de Alicia Giménez-Bartlett: Petra Delicado contra mafias y clanes





















Ficha técnica:


Título: Nadie quiere saber  Autor: Alicia Giménez-Bartlett
Editorial: Destino             Género: novela, novela policíaca Páginas: 424
Publicación:  05/02/2013    ISBN978-84-233-4585-4

Sinopsis (editorial):



   La inspectora Petra Delicado y el subinspector Fermín Garzón han heredado un muerto que había permanecido cinco años mudo: Alfonso Siguán, un empresario textil barcelonés de 70 años, liquidado en circunstancias sexuales escabrosas. Su cadáver se halló en su apartamento, adonde había acudido en compañía de una joven prostituta. Las culpas recayeron sobre el chulo de ésta; pero fue encontrado muerto a su vez en Marbella, tres días después. Las pesquisas se cerraron en falso.
    Ahora Petra y Fermín se enfrentan al silencio temeroso de la única testigo, la prostituta, y al rompecabezas de la vida profesional y familiar del empresario. La investigación se traslada a Roma, donde Petra vive situaciones de riesgo y desafío que son nuevas para ella y que confirman la habilidad de Alicia Giménez Bartlett para hacer de Petra Delicado uno de los personajes más atractivos de la novela española actual.
   Abrir un libro de Petra Delicado es, para mí, reencontrarse con una buena amiga a la que has echado mucho de menos. La arrolladora personalidad de la inspectora más contradictoria de la historia de la literatura negra universal consigue que se haga querer, a pesar de sus desplantes, sus contestaciones, sus arranques y de que haya veces que no entiendas los motivos por los que hace algunas cosas que no compartes. Pero su fuerza, su humanidad, su peculiarísima forma de ser, su entrega, su manera de abrirse a su nueva familia postiza (en la séptima entrega se casó, contra todo pronóstico, por tercera vez y, lo que es un más sorprendente, con un hombre que tiene cuatro hijos, cuando ella no ha querido tener niños nunca) hacen que sea imposible no hacerle un hueco en tu corazón. El mío lo tiene ganado, desde luego.
    Petra Delicado y su inseparable Fermín Garzón se las verán en esta ocasión con un caso retorcido, con repercusiones internacionales, que les harán conocer los métodos de las mafias italianas y el peligro que conlleva acercarse a ellas. Al contrario de lo ocurrido en otras entregas de la saga, en las que la investigación estaba llena de errores, de dudas o de tiempos muertos, en esta ocasión la acción es constante de principio a fin, lo que hace que la lectura sea aún más rápida y ágil. Hay espacio para la reflexión, para el análisis de la sociedad actual al hilo de los sinsabores del caso y hasta para el turismo, como siempre, pero la trama policíaca está dibujada con pulso seguro y sin titubeos. No sé quién tendrá la responsabilidad de este nuevo brío en la investigación, si Petra Delicado, que va ganando experiencia en su labor policial, o Alicia Giménez-Bartlett, que le tiene ya cogido el pulso a esta maravillosa investigadora y sus cuitas. Sea como fuere, la narración referida al caso avanza de forma constante, manteniendo el interés y el suspense. Lo cual no quiere decir que se desarrolle de una forma lineal: este caso endemoniado está lleno de bifurcaciones, de caminos que se cruzan y se separan, de muertes inocentes y de muertos que no merecían más que ser asesinados.
     Una peculiaridad de la saga frente al género es el hincapié que tanto la autora como la protagonista hacen respecto al interrogatorio policial. Las novelas de Petra Delicado están llenas de interrogatorios duros, en los que se analizan las distintas estrategias psicológicas de policías e interrogados, en los que se describen estados emocionales extremos, derrumbamientos morales o personas capaces de mantener una apariencia, una máscara, un personaje aun en los momentos de máxima presión. Esta vez también la inspectora nos confía cómo se enfrenta a un interrogatorio, la importancia que concede a este método dentro del conjunto de la investigación y cómo le afecta personalmente ponerlo en práctica. 
     Giménez-Bartlett nos hace reflexionar, a través del caso narrado, sobre la delgadísima línea que separa (desde el punto de vista moral, no desde la mirada de la justicia) la culpabilidad y la inocencia, haciéndonos pensar sobre las condenas que los seres humanos imponemos a nuestros semejantes, sean de muerte o perpetuas. La autora nos hace cuestionarnos si hay crímenes que se justifican, si la venganza da paz al espíritu, si hay salida para el condenado, si las causas justifican los efectos, si hay futuro para un vida marcada a fuego por la humillación, el abuso, la desprotección absoluta... o si es lícito que los monstruos sigan en pie. 
     La rama de la investigación que les conduce a Italia dará pie a que la autora introduzca algunos tópicos y estereotipos internacionales de ida y vuelta (españoles sobre italianos e italianos sobre españoles), al tiempo que saca una parte desconocida del subinspector Garzón: la del niño que descubre el mundo, la del turista ávido por saber, la del hombre que abre los ojos al arte y a la cultura y se siente poseído por ellos. 
    Constante es ya en la saga la presencia de la reflexión sobre la familia y el matrimonio. En este caso, Garzón y Delicado seguirán diseccionando las razones para casarse y la forma en la que sus respectivos matrimonios les han cambiado la vida. No faltan, en este sentido, las anécdotas en las que muchas nuevas parejas de hombres o mujeres divorciados se reconocerán, propiciadas por la relación que se establece entre Petra y los hijos de su marido, sobre todo, con su hija Marina. El hecho de que la 'viceispettora' Gabriella Bertano, con quien colaborarán en Roma, acabe de ser madre y de que una de las agentes que normalmente colabora con Petra en Barcelona, Sonia, esté embarazada, permitirá reflexionar y dialogar a distintos personajes sobre lo que supone traer niños al mundo y, en el caso de los personajes femeninos, sobre lo que tal decisión supone para su carrera profesional. En este sentido, me quedo con un diálogo entre Petra y Gabriella en el que la inspectora catalana habla sobre la vuelta al rol de mujer madre que han experimentado las nuevas generaciones de féminas y cómo vuelven a identificar la felicidad con la maternidad, algo que, según Petra, no le ocurre a las mujeres de su generación, como bien demuestra ella misma y su decisión de no ser madre (al menos, no a tiempo completo ni con hijos propios).
     Del mismo modo, la contextualización de la trama policial en el mundo de la moda y el viaje a Italia introduce en la novela comentarios sobre la importancia de las marcas, las extravangancias de algunos diseños, el precio disparatado de determinados objetos, lo que nos hace sentir poseer uno de esos valiosos (¿sobrevalorados?) objetos... Y, hablando de dinero, la estela recortadora de la crisis, omnipresente en la novela, recordándonos que si por algo se caracterizan las novelas de Petra Delicado es por estar ancladas a un tiempo y a un tipo de sociedad determinados. 
     Éste, precisamente, es uno de los grandes logros de esta saga: el hacer hincapié en el análisis sociológico y psicológico del ser humano como persona y como ser social sin que ello desmerezca o haga menguar el caso policial narrado. La combinación es, para mí, perfecta en estas novelas. Y que buena parte del análisis venga de esa voz que escuchamos en primera persona, de esa voz a veces humana, a veces irónica, siempre crítica, siempre singular de Petra Delicado no hace más que sumar más valor al conjunto de la novela.
     En definitiva, una novela que te atrapa, que no te suelta, que te engancha por la solidez de la trama pero también por la personalidad de la protagonista y por el análisis social, escrita con un estilo pulcro y limpio que no omite múltiples referencias cultas, en este caso, centradas en la historia y la literatura, especialmente en Shakespeare. Y, como siempre, un título muy muy bien elegido, que se saborea, sobre todo, al final de la lectura. Aunque, como ocurre en la mayoría de las ocasiones con la saga, el sabor que deje sea tan amargo e intenso como el café italiano. Una novela, pues, de diez.
    Nos seguimos leyendo.      
   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto 13.000 páginas: 424/13.000
  •  Reto En Femenino: 9/15
  •  Reto Autores de la A a la Z: G
  •  Reto Genérico: 5/5 misterio
  •  Desafío100 libros: 18/100
  • Reto Sumando: 18/2013 
  • Reto 25 españoles: 15/25
  •  Reto Negro y criminal 5/15   

  Otras novelas de Petra Delicado reseñadas en el blog:
  1. Ritos de muerte
  2. Día de perros
  3. Mensajeros de la oscuridad
  4. Muertos de papel
  5. Serpientes en el paraíso
  6. Un barco cargado de arroz
  7. Nido vacío
  8. El silencio de los claustros 


6 comentarios:

  1. Estoy deseando empezarla y después de leerte más todavía. Un beso.

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  2. ¡¿Se casa otra vez?! Ays, que me queda por llegar a ese libro, pero ahora me dejas con ganas de correr con esta saga. Y una reseña perfecta, que desde luego invita a querer leer el libro. Pero me gusta seguir el orden.
    Besotes!!!

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    1. ¡¡¡Ay, que te he fastidiado la sorpresa!!! De todos modo, yo ya lo sabía (precisamente empecé la saga buscando a ese tercer marido por orden de mi directora de tesina) y se sorprendí igualmente cuando lo encontré jajajaja.
      Muchas gracias!! Besos!!

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  3. Yo no he leído, aún, ninguna aventura de la señora Delicado. El caso es que recuerdo na serie mala con ganas que protagonizaba Ana Belén, ¿estoy equivocada? Bueno, que no creo que tarde mucho en ponerme con ella.

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    1. No, no te equivocas. Se emitió en los 90, finales de los 90 para ser más exactos... pero te digo que no la vi en su momento y que, después de leer todos los libros, la estuve buscando por curiosidad y que no encontré más que capítulos sueltos. De todos modos, bueno, a lo mejor Ana Belén tiene un pase como Petra, pero Santiago Segura como Garzón... como que no. Para empezar, no concuerdan ni en la edad, y eso, para la trayectoria del personaje, es fundamental.
      Si te animas, espero que me cuentes qué te parece ;)
      Besos

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