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domingo, 10 de junio de 2012

Alcalá de las artes y de las letras


 

Ayer se celebró en Alcalá la Noche en Blanco, una iniciativa que (me parece) no debería faltar en ninguna ciudad considerada Patrimonio de la Humanidad o que haya adoptado la cultura como bandera y seña de identidad. Es un día para abrir la ciudad a quienes la habitan, para visitar (gratis) sus museos, monumentos y lugares de interés turístico y patrimonial y para disfrutar, por supuesto, de numerosas actuaciones y actividades musicales y artísticas en la calle, en cafeterías, en auditorios… Vamos, que el programa es completísimo y de lo más variado.


La verdad es que sólo el hecho de caminar por el centro de la ciudad ya me recordó lo impresionante que es Alcalá, pero visitar lugares como el Centro de Interpretación del Burgo de Santiuste, en el que se cuenta y se muestra su historia desde la época prerromana, me confirmaron la grandeza de esta ciudad milenaria. 


Pasear por las ciudades me hace pensar en su historia. ¿Cómo serían sus calles hace 100, 500... 1.000 años? ¿Existiría ya está rincón? ¿Cómo serían las gentes que paseaban por aquí, como yo ahora? ¿Qué ha cambiado y qué sigue igual? Lugares como el Centro de Interpretación del que acabo de hablar te dan una pequeña pista. Para empezar, recogiendo la historia de su nombre. Hoy Alcalá es Alcalá de Henares pero a lo largo de los años ha sido llamada de otras muchas maneras: Complutum (topónimo que le dieron los romanos), Campo Laudable,  Qal’at Abd al Salam (obviamente, en la época musulmana), Burgo de Santiuste (en la Edad Media), Alcalá de Santiuste, Alcalá de San Justo y Alcalá de Fenares son los pasos que ha dado la ciudad hasta su actual Alcalá de Henares. Sólo el repaso por estos nombres ya da muestra de la larga historia de la ciudad, de quienes fueron sus habitantes, de las etapas y épocas que ha vivido y de las transformaciones que los diferentes pueblos y culturas que la han morado han provocado, transformaciones cuyas huellas encontramos hoy (en mayor o menor medida, mejor o peor conservadas) en la ciudad actual. Y ése es uno de los grandes tesoros de Alcalá.


No menos curioso es comprobar cómo los diferentes pobladores eligieron lugares distintos para vivir, cómo (dentro de la misma zona geográfica) unos se sintieron más atraídos por la cercanía al río o por otras condiciones que se adaptasen más a sus forma de vida. En el Centro hay un mapa muy significativo, que muestra cómo los romanos eligieron una zona cercana al río que luego fue desplazada hacia lo que hoy es el centro de la ciudad en la época medieval. Actualmente, de esa zona romana quedan algunas ruinas del antiguo foro de Complutum y la casa de Hippolytus, en los suburbios de la antigua ciudad. Como bien nos explicaron ayer, parte de los materiales que le faltan a esas ruinas se han descubierto en otras zonas de la ciudad, conformando las edificaciones que los moradores que siguieron a los romanos construyeron en zonas diferentes.


La memoria de sus nombres o de las zonas habitadas en las sucesivas épocas históricas es sólo un aperitivo antes de conocer la Historia de la ciudad. El sacrificio de los Santos Niños (Justo y Pastor, de ahí el nombre de Santiuste: San Justo, que viene de Sant Yuste), el nacimiento de la Universidad, la labor del Cardenal Cisneros, la publicación de la Biblia Políglota, la fundación del Instituto Cervantes, la entrega anual del Premio Cervantes… son sólo algunos hitos históricos y culturales de una ciudad en la que estudiaron grandes nombres de la literatura, como Quevedo, Tirso de Molina, San Juan de la Cruz, Calderón de la Barca, Lope de Vega o  Jovellanos. Pero, sin duda alguna, el gran literato de Alcalá es Cervantes, a quien la ciudad venera tal y como merece, entre otras actividades, con la Semana Cervantina (en realidad, casi mes cervantino) que este año tendrá lugar del 30 de septiembre al 27 de octubre.

    Por cierto, que bien curiosa es también la historia de la Universidad de Alcalá, universidad de gran prestigio durante el Siglo de Oro (como es fácil deducir de la lista de estudiantes que acabo de esbozar) que llegó a competir con Salamanca, pero que fue trasladada a Madrid en 1836 (de ahí la Universidad Complutense). Sus edificios, en desuso tras este traslado, iban a ser subastados. Pero los alcalaínos se opusieron a la pérdida de la universidad cisneriana, constituyeron la Sociedad de Condueños y compraron el patrimonio artístico-histórico-cultural de la ciudad. 


En definitiva… que os invito a conocer a Alcalá. Cualquier época del año es buena: en primavera, con sus árboles y flores llenos de vida, con su festival de teatro “Clásicos en Alcalá” (que ahora mismo se celebra) o con la entrega del premio Cervantes, cada 23 de abril; en verano, donde las heladerías (ayer pude comprobar cuántas han nacido en la Calle Mayor, por cierto, la que es considerada la calle porticada más larga del mundo) refrescan la visita y época en la que se celebran sus fiestas patronales, a finales de agosto; en otoño, con su paisaje melancólico y la temperatura justa para disfrutar del paseo y, sobre todo, en octubre, mes en el que se conmemora el nacimiento de Cervantes y se celebra un mercadillo medieval que tiene fama de ser uno de los más grandes de España (de hecho, se extiende por casi todo el centro histórico); y también en invierno, sobre todo en Navidad, cuando las luces engalanan toda la ciudad, hasta los barrios más alejados del centro. Y si los monumentos, las vistas, los paseos, la historia, la literatura y la cultura no os han convencido, os ofrezco la última tentación: su gastronomía, ruta de los mesones, feria de la tapa y jornada gastronómica incluidas.


 Nos seguimos leyendo.

2 comentarios:

  1. Esta iniciativas me han gustado desde que las escuché por primera vez. Aunque debo decirte que aquí en Sevilla aún no se han animado ha realizarlas.

    Me ha encantado tu paseo por Alcalá, una vez pasé por allí y me encantó lo que vi, espero que algún día pueda ir y verla mas detenidamente.

    Espero que los exámenes te vayan bien, ánimo que ya pronto... las vacaciones, queda la recta final.

    Un besote y Nos seguimos leyendo!!!

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  2. Yo viví también la experiencia de la Capitalidad Cultural Europea de Salamanca en 2002... y me parece que si ofreces un buen programa, la gente responde. El sábado, el centro de Alcalá hervía, se sentía que la ciudad estaba viva... y me parece que para eso está, que para eso están todos los recursos culturales y de ocio, no para quedarnos en el centro comercial todo el fin de semana. Sólo hay que echarle un poco de imaginación. Y estas iniciativas te permiten conocer cosas de tu ciudad que a lo mejor ni imaginabas.

    Yo conozco Sevilla porque tengo familia allí, pero la verdad es que hace mil años que no voy. Pero también me parece preciosa.

    Ya sabes, Nieves: estás invitada a Alcalá y alrededores siempre que quieras ;).

    Gracias por los ánimos. Por fin acabaron!!! Ahora, a esperar las notas jejejej.

    Besetes!

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