Título: El bosque
Autor: Harlan Coben
Traductora: Esther Roig Giménez
Editorial: RBA
Género: novela negra, intriga
Páginas: 448
Publicación: 2010
ISBN: 9788498678789
Veinte años atrás, en un campamento de verano, cuatro adolescentes se adentraron en el bosque: dos fueron asesinados y los otros no regresaron nunca más. Para cuatro familias la vida cambió para siempre. Dos décadas después, está a punto de cambiar otra vez. Paul Copeland, fiscal del condado de Essex, deberá decidir qué es mejor seguir ocultando y qué verdades pueden salir a la luz.
¡Mira que me gusta meterme en lecturas conjuntas, simultáneas o lo que sea! Si es que me tenía que pasar, tenía que acabar de cabeza en una secta. Con mi poca voluntad... Menos mal que Somos Alianza es como las brujas buenas y lo único que pretende es que lo pasemos bien leyendo y comentando. Esta ha sido su primera llamada a sus seguidores y yo, aunque pude comentar poco porque me pilló en plenas vacaciones, allá que fui. Y lo mejor es que me ha gustado la experiencia y, claro está, repetiré. Lo malo es que, a pesar de mi (quiere ser concienzuda pero ya ves en qué se queda) planificación, se me ha pasado completamente publicar esta reseña en el plazo necesario para ganarme un buen día de peloteo. En fin. Espero llegar para la próxima vez porque solo con lo que publicaron ayer las lideresas (un listado con tanto cariño y buen humor) ya me imagino lo gratificante que ha de ser un día de buen peloteo aliancero.
No conocía Coben y me alegro de haberlo hecho porque El bosque me ha parecido una novela de intriga entretenida, muy ágil, interesante y, por qué no admitirlo, desasosegante. Solo el título ya me pone la piel de gallina, así que si leo la sinopsis... Pues imagina el resto. Es más, creo que juega muy bien con ese desasosiego, con ese miedo atávico y que forma parte del inconsciente colectivo del bosque nocturno como presagio de todo lo malo que le puede pasar a alguien.
Porque sí, hubo unos asesinatos, hace veinte años, un bosque, de noche, en un campamento para jóvenes. Pero la condena no se la lleva solo el asesino (o el condenado por ello, en este caso), sino que el remordimiento y la culpa por lo que ocurrió aquella noche ha perseguido, durante esos veinte años, a buena parte de los personajes que aparecen en la novela, comenzando por Paul Copeland, fiscal cuya historia conocemos en primera persona, y continuando por Lucy, profesora en la actualidad y, en aquella época, novia de Copeland.
Coben recurre a dos narradores (uno en primera persona, del que ya he hablado, y otro en tercera persona omnisciente) para ofrecer una visión más completa tanto de lo que le ocurre (o le ocurrió) a cada uno de los personajes como de una subtrama que el autor abre en la novela y que hace referencia a un caso de Copeland. He de confesar que al principio no acababa de entender a qué venía esta trama y que sí, era interesante, pero... ¿qué pintaba en todo aquello, más allá de presentarnos al personaje, cosa que podía haber hecho de una forma mucho más concisa? Luego he estado pensando y he llegado a la conclusión de que, en el fondo, ambas tramas delictivas nos hablan prácticamente de lo mismo: de la falta de oportunidades de quien tiene menos recursos económicos, de lo que el dinero (o la falta de él) es capaz de hacer con las personas y del poder que confiere a quienes sí lo tienen, solo por el mero hecho de tenerlo.
Por su parte, la trama principal avanza sin prisa pero sin pausa, en un ritmo creciente que desemboca en un final lleno de giros inesperados, rápido y que deja en el corazón el mismo desasosiego con el que comencé la novela, solo conociendo su título y su sinopsis.
En definitiva, una novela ágil, con un buen ritmo creciente, con unos personajes solventes y una trama capaz de sorprender y de hacer reflexionar.
Nos seguimos leyendo.
No conocía Coben y me alegro de haberlo hecho porque El bosque me ha parecido una novela de intriga entretenida, muy ágil, interesante y, por qué no admitirlo, desasosegante. Solo el título ya me pone la piel de gallina, así que si leo la sinopsis... Pues imagina el resto. Es más, creo que juega muy bien con ese desasosiego, con ese miedo atávico y que forma parte del inconsciente colectivo del bosque nocturno como presagio de todo lo malo que le puede pasar a alguien.
Porque sí, hubo unos asesinatos, hace veinte años, un bosque, de noche, en un campamento para jóvenes. Pero la condena no se la lleva solo el asesino (o el condenado por ello, en este caso), sino que el remordimiento y la culpa por lo que ocurrió aquella noche ha perseguido, durante esos veinte años, a buena parte de los personajes que aparecen en la novela, comenzando por Paul Copeland, fiscal cuya historia conocemos en primera persona, y continuando por Lucy, profesora en la actualidad y, en aquella época, novia de Copeland.
Coben recurre a dos narradores (uno en primera persona, del que ya he hablado, y otro en tercera persona omnisciente) para ofrecer una visión más completa tanto de lo que le ocurre (o le ocurrió) a cada uno de los personajes como de una subtrama que el autor abre en la novela y que hace referencia a un caso de Copeland. He de confesar que al principio no acababa de entender a qué venía esta trama y que sí, era interesante, pero... ¿qué pintaba en todo aquello, más allá de presentarnos al personaje, cosa que podía haber hecho de una forma mucho más concisa? Luego he estado pensando y he llegado a la conclusión de que, en el fondo, ambas tramas delictivas nos hablan prácticamente de lo mismo: de la falta de oportunidades de quien tiene menos recursos económicos, de lo que el dinero (o la falta de él) es capaz de hacer con las personas y del poder que confiere a quienes sí lo tienen, solo por el mero hecho de tenerlo.
Por su parte, la trama principal avanza sin prisa pero sin pausa, en un ritmo creciente que desemboca en un final lleno de giros inesperados, rápido y que deja en el corazón el mismo desasosiego con el que comencé la novela, solo conociendo su título y su sinopsis.
En definitiva, una novela ágil, con un buen ritmo creciente, con unos personajes solventes y una trama capaz de sorprender y de hacer reflexionar.
Nos seguimos leyendo.
